Posado ante la prueba

La directora de política forestal asegura ignorar que el hidroavión haya estado en manos del Ejército del Aire, pero se fotografió junto al aparato pintado con los colores y emblemas militares

La directora de política forestal, Begoña Nieto, y la ministra Isabel García Tejerina posan junto al avión.

La directora de política forestal, Begoña Nieto, y la ministra Isabel García Tejerina posan junto al avión.

M. N. / M.V.
MADRID

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Las redes sociales son para los medios de comunicación aguas pantanosas donde es fácil dejarse llevar por el error, pero sirven también de valioso fact checking (verificación) para las afirmaciones de los políticos. La directora general de Política Forestal, Begoña Nieto, aseguró a este diario desconocer que el hidroavión haya estado en manos del Ejército del Aire pero las fotos colgadas en su cuenta de Twitter cuando el pasado noviembre el aparato llegó a la base de Torrejón demuestran lo contrario.

En varias imágenes posa junto a la entonces secretaria general del ministerio y hoy ministra Isabel García Tejerina y, como puede comprobarse, el avión llegó a España pintado con los colores y los símbolos del grupo 43 y del Ejército del Aire: la cruz de San Andrés, blanca y negra, el número 43 en el fuselaje (detalles que se aprecian en otras imágenes de la misma serie que la publicada al lado, si bien en ellas solo se ve la aeronave) y los colores de la bandera española. «No conozco los símbolos militares con tanta profundidad», se excusó ante la evidencia.

Más de seis meses después de su llegada, el aparato seguía el pasado jueves en el hangar de la base aérea de Torrejón, pintado aún con los colores militares esperando a que alguien se hiciera cargo de él.

El grupo 43, con sede en la base de Torrejón, opera 17 aviones de extinción. Tres son propiedad de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el resto, de Medio Ambiente. Cuenta para ello con medio centenar de pilotos con amplia experiencia en extinción de incendios.

El imperio de un expiloto

Inaer ejerce casi el monopolio de los trabajos aéreos en España, con suculentos contratos con todas las administraciones, pero su flota está nutrida casi exclusivamente de helicópteros (de salvamento, de vigilancia, antiincendios). La compañía es propiedad de  un empresario afincado en Alicante, Luis Miñano San Valero, un expiloto militar que a partir de una pequeña compañía de helicópteros de salvamento ha edificado un imperio con sedes en Portugal, Italia y Francia.

Hasta el año pasado Inaer estuvo operando cuatro Canadair CL-245 de Medio Ambiente, un modelo más antiguo, pero el ministerio se los retiró. Oficialmente adujo que se trataba de aviones con motores de pistones, como los de los automóviles, mientras que el nuevo aparato es de turbina, «más moderno», para justificar que quedaban fuera de servicio, pero la verdad es que antes de desecharlos se los ofreció al Ejército, que se negó a operarlos por peligrosos.

Tanto Inaer, en privado, como la patronal del sector de trabajos áereos (AECA & Helicópteros), en público, lamentaron que se les hubiese privado de esos cuatro aparatos y criticaron el «despilfarro» que, a su juicio, habían supuesto  los 26,5 millones de euros que costó el Canadair 415. Con ese dinero, adujeron, podía haberse sufragado el alquiler de varias aeronaves privadas durante muchos años.

Un año después el aparato ha acabado en sus manos. ¿Alguien se lo explica?