Pere Anton Veciana

El Vidocq de Catalunya

El primer jefe de los Mossos fue un revolucionario en las técnicas policiales

Retrato de Pere Anton Veciana.

Retrato de Pere Anton Veciana.

A. BAQUERO / C. HIERRO
MOLLET

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Veciana. A este apellido van unidas las primeras décadas dehistoria de los mossos. La razón es que aPere Anton Veciana, que fue el primer responsable de losMossos d'Esquadra, le relevaron en el cargo su hijo, su nieto y su bisnieto. De hecho, durante más de un siglo, en concreto, hasta 1836, el cuerpo estuvo comandado de forma ininterrumpida por un miembro de esta familia proborbónica.

Aunque hubo muchos Veciana, ninguno tuvo la talla de Pere Anton. La historia retiene nombres que revolucionarion latécnica policial, de infiltración, de investigación y de ciencia forense tales como Joseph Fouché,Eugène-François Vidocq, Allan Pinkerton y Edmond Locard. Sin embargo, muy pocos conocen la auténtica revolución policial que, bajo la batuta de la Sala del Crimen de la Real Audiencia, acometió el que fuera primer responsable de las escuadras.

Antiguo tratante de mulas, Veciana era un joven que no sabía ni leer ni escribir cuando le tocó liderar la escuadra de Valls leal a los Borbones, que rechazó el asalto a esa localidad de los hombres capitaneados por Pere Joan Barceló, conocido como el 'Carrasclet'. Esos méritos le llevaron a ser nombrado responsable del cuerpo en 1723.

De guante blanco

Veciana puso en marcha todo el sistema defichas de criminales, conocidas como 'sumarias', ordenó sistematizar la información policial, creó unared de confidentespor todo el territorio y organizó a los primeros agentes infiltrados. Además, es quizá el primero en hablar de los ladrones de guante blanco. Lo hace en referencia a las andanzas del conocido como bandido Borraco, un individuo que se hacía pasar por farmacéutico y que envenenaba a sus víctimas para que, después, un cómplice suyo haciéndose pasar por notario le le hiciera beneficiario de la herencia. En 1730 les llamó «esos nuevos bandoleros que no usan hachas ni espadas» pero que, según él, son «más peligrosos que cientos de los otros».

Sus palabras se conocen ya que fueron recogidas en el libro de José Ortega y Espinós. Sin embargo, su testamento desapareció. Para aquellos interesados en la historia de lapolicía catalana, ese texto es como el Santo Grial de los Mossos.

En su testamento, ya hablaba de cómo detener a los ladrones de guante blanco e instruía a los demás mossos en el arte de la infiltración para atraparles. Les aconsejaba iniciar un minucioso seguimiento. Siempre de incógnito y anotando en una libreta los «hora a hora». Además, les instaba a alquilar una casa cercana e instalarse allí con su familia para pasar más desapercibidos. «Se prefiere para estos casos mossos que estén casados» , aconsejaba.