Los padres del bebé Charlie Gard se rinden y anuncian que dejarán morir al pequeño

Aseguran que "el tiempo se ha agotado" para someterle a un tratamiento experimental en EEUU

Los padres de Charlie Gard, este lunes.

Los padres de Charlie Gard, este lunes. / periodico

Begoña Arce / Londres

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Charlie Gard podrá morir en paz. Los padres del bebé en estado crítico, Chris Gard y Connie Yates, han abandonado la batalla legal para someter a su hijo a un tratamiento experimental en Estados Unidos. “Desgraciadamente el tiempo se ha agotado”, ha afirmado su abogado. El último escáner realizado al niño de 11 meses les ha convencido de que nada se puede hacer por él.

“Como padres que quieren a Charlie y velan por él, hemos decidido que no es en el interés de Charlie continuar con un tratamiento. Le vamos a dejar que se vaya con los ángeles”, anunció Gard ante el Tribunal Superior de Londres. El pequeño, en fase terminal, paralizado, incapaz de ver, oir, o respirar, vive gracias a los aparatos a los que está conectado en el hospital Great Ormond Street de Londres. Retirar esas máquinas es “la decisión más dura que hemos tenido que tomar nunca”, señaló la madre.  “Sólo queríamos darle una oportunidad de vivir. Se ha perdido mucho tiempo. Sentimos mucho no haber podido salvarle”, añadió.

El escáner mostró que no se podía hacer nada

Charlie hubiera debido cumplir un año el próximo 4 de agosto. Cuando nació parecía un bebé perfectamente normal, pero poco después fue perdiendo movilidad y facultades. Se le diagnosticó una enfermedad genética que afecta a las partes de las células encargadas de generar energía.

Con el cerebro irremediablemente dañado, en estado terminal en la unidad de cuidados intensivos, los médicos decidieron que era “injustificado” cualquier tratamiento y debían dejarle morir con dignidad. Los padres se opusieron y en marzo comenzó la batalla legal para trasladar a Charlie a Estados Unidos y someterle a un tratamiento tan experimental que nunca se ha ensayado antes con animales o seres humanos.

Cuatro sentencias, incluidas la del Tribunal Supremo y el Tribunal de Justicia Europeo, dieron todas ellas la razón a los doctores. En un último gesto, el juez autorizó que el médico americano Michio Hirano, que proponía el tratamiento, examinara al niño la pasada semana. El último escáner del bebé  “daba pena verlo”, según la abogada Katie Gollop, que representa a Great Oromond Street. La conclusión del doctor Hirano fue que nada se podía hacer por Charlie.

Amenazas de muerte

El caso, complejo y muy emotivo, alcanzó resonancia internacional. El Papa y el presidente americano, Donald Trump, ofrecieron apoyo a los padres. Miembros de los llamados grupos provida, así como un exaltado predicador evangelista llegado de Estados Unidos, organizaron manifestaciones ante  el tribunal. El drama tomó un giro siniestro cuando los médicos y el hospital donde está internado el niño denunciaron a la policía las amenazas de muerte que estaban recibiendo.