INVESTIGACIÓN SOBRE SUPUESTO TRÁFICO DE NIÑOS

Los imputados por el robo de un bebé en Dexeus defienden la legalidad de la adopción

V. VARGAS / J. G. ALBALAT / BARCELONA

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Cuatro de los cinco imputados por el supuesto robo de un bebé en la clínica Dexeus de Barcelona, entre ellos el padre adoptivo y la ginecóloga que asistió el parto, han afirmado ante el juez que la niña fue dada en adopción de forma legal. El pasado mes de enero, la Audiencia de Barcelona reabrió el proceso judicial, tras el archivo decretado con anterioridad por el juez instructor.

El juez Emili Vila Mayo ha interrogado este martes en la Ciutat de la Justícia de Barcelona a cuatro de los imputados por el supuesto robó del bebé: el padre adoptivo, Jordi Estivill, la ginecóloga Victoria López-Rodó, el abogado Ignasi de Gispert y Mercedes Porrera, que en 1987 dirigía el centro Casa de la Jove, donde Alfonsa Reinoso, la madre biológica, pasó la última fase de la gestación.

El proceso judicial se abrió a raíz de la denuncia presentada por la madre biológica --que desveló EL PERIÓDICO-- del supuesto robo de una niña que dio a luz en 1987 cuando tenía 15 años en la clínica Dexeus y del que le dijeron que era un varón y había nacido muerto.

El padre adoptivo, Jordi Estivill, ha asegurado que no era consciente de haber cometido ninguna ilegalidad en la adopción de Marina y que Alfonsa, que en la época tenía 14 años y estaba tutelada por el Tribunal de Menores, hubiera dado en adopción a su hija en contra de su voluntad. Estivill ha defendido que la adopción se tramitó de forma legal y que él y la madre adoptiva, Cristina Rimbau -de la que ahora está separado-, se hicieron cargo de los gastos de la clínica Dexeus y de los abogados que gestionaron el caso, sin que le constara nunca que la madre biológica no había dado su consentimiento.

El padre adoptivo ha reconocido que cuando fueron a recoger a la pequeña a la clínica no le dieron ningún documento y ha declarado que si escribió una carta en la que relata como se produjo la adopción fue porque se la pidió su hija, Marina, pero no con la intención de denunciar a nadie.

La doctora

La ginecóloga Victoria López-Rodó ha afirmado que ella actuó en todo momento como doctora, que atendió al parto y que siguió los protocolos que había entonces sobre adopciones, aunque ella no se encargaba de trámite alguno sobre este asunto. Supuso que el bebé era para darlo en adopción porque en la ficha del centro sanitario figuraba, tal como era norma en el centro, que no se informara a la paciente de nada, para no hacerla sufrir si se había querido desprender de la menor.

Ha admitido que no le preguntó a Alfonsa si quería dar el bebé en adopción (su abogado ha sostenido que no es su labor) y si no quería figurar en los documentos oficiales sobre el nacimiento. En los papeles se ocultó el nombre de Alfonsa. La acusación considera que la imputada tenía la obligación de hacer estas dos preguntas y no lo hizo. La facultativa negó tajantemente que le dijera a Alfonsa que el bebé era varón (fue una niña) y había nacido muerto, como afirma la denunciante.

El abogado y también imputado Ignasi de Gispert, hermano de la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, ha declarado, por su parte, que fue su mujer, Teresa Cervelló, ya fallecida, quien se encargó de los trámites de adopción de Marina y que lo hizo por la amistad que tenían con los padres adoptivos, Jordi Estivill y Cristina Rimbau (la quinta imputada, que declarará el viernes).

Por último, Mercedes Porrera, que dirigía la casa de acogida donde estuvo Alfonsa antes del parto, ha explicado que la entonces adolescente y Teresa Cervello se presentaron un dia en la residencia diciendo que la joven estaba embarazada e iba a dar el niño en adopción porque tenía miedo de abortar. Alfonsa, sin embargo, niega que tuviera intención de dar al bebé el adopción y que, en todo caso, fue engañada. Además de a Rimbau, el juez ha citado para este viernes a Alfonsa y a diferentes testigos.