SITUACIÓN CRÍTICA

Las farmacias catalanas prevén nuevos cierres si Salut no les paga

ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

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El impago a las farmacias por parte del Servei Català de la Salut (CatSalut) de los 100 millones de euros correspondientes a los medicamentos con receta pública dispensados el pasado noviembre ha vuelto a dejar al sector en una situación económica muy crítica, por la que prevé emprender acciones que incluirán un nuevo cierre general, avanzaron ayer. Los departamentos de Salut y Economia han informado al sector de que dicha factura se les podría abonar a finales de marzo, una posibilidad que no inspira confianza ni a los farmacéuticos ni a los bancos que hasta ahora les facilitaban créditos de subsistencia. «Los bancos nos han anunciado que no pondrán más dinero a disposición de la sanidad catalana», afirmó ayer Jordi de Dalmases, presidente del Consell de Col.legis de Farmacèutics de Catalunya.

«Si la Generalitat sigue teniendo otras prioridades de pagos, el sistema sanitario catalán sufrirá un colapso», añadió De Dalmases, que prevé proponer al resto del sector concertado -en especial los consorcios hospitalarios- la creación de una plataforma de acción unificada.

La Federació d'Associacions de Farmàcies de Catalunya (Fefac), que agrupa a 1.600 de los 3.100 establecimientos catalanes, estudia proponer que sus afiliados cobren el 100% del coste de las recetas públicas, lo que en la práctica significaría desactivar el sistema informático que los conecta con el CatSalut, por el que gestionan la receta electrónica. «Impulsaremos esta opción [que incumpliría la ley] si no hay más remedio -afirmó un portavoz de Fefac-. Es una iniciativa muy solicitada por los farmacéuticos».

La Generalitat adeuda en estos momentos 302 millones de euros a las farmacias catalanas, sumando los retrasos que el sector acumula desde hace dos años. Son numerosos los farmacéuticos que han subsistido en los últimos meses gracias a un sistema crediticio que ofrecían dos entidades bancarias, que ya han informado del fin de esa opción. 14 farmacias catalanas han cerrado y un centenar tienen crecientes dificultades para conseguir que les suministren fármacos, ya que no pueden pagarlos al día.