Intervenidas 2,4 toneladas de hachís en una operación en la costa de Huelva

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La Policía Nacional y la Agencia Tributaria se ha incautado de 2.400 kilogramos de hachís en una operación contra el narcotráfico desarrollada en la costa de Huelva, en la que se han detenido además a trece personas.

Los arrestados, según ha informado la Policía Nacional en un comunicado, fondeaban la mercancía en caños próximos al municipio onubense de Lepe para ocultar los fardos y marcaban luego el lugar mediante boyas para poder localizarlos después.

La droga se decomisó en una nave industrial de la localidad de Cartaya (Huelva), siendo también intervenidos seis vehículos, dos embarcaciones, 13 teléfonos móviles, 730 euros, varios remolques y otros efectos.

Con la detención de trece personas se da por desarticulada esta organización dedicada al transporte de la droga desde Marruecos hasta las localidades de Isla Cristina, Cartaya y Lepe.

La investigación comenzó cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una organización dedicada al transporte marítimo -desde Marruecos a Huelva-, almacenaje y posterior distribución de grandes cantidades de hachís.

Al parecer, el cabecilla era un conocido narcotraficante de la zona que lideraba al grupo, compuesto por ciudadanos españoles afincados en distintas poblaciones de la provincia de Huelva.

Los detenidos llevaban un alto tren de vida y se habían convertido en auténticos empresarios de éxito, algo para lo que habían invertido los pingües beneficios obtenidos con su actividad ilícita en negocios legales, todos vinculados con la hostelería.

Contaban con una nave industrial situada a las afueras de la localidad de Cartaya (Huelva) que utilizaban como centro de sus operaciones y en la que ocultaban una planeadora, una furgoneta -sustraída en Portugal pero con matrículas españolas dobladas- y un todoterreno -también sustraído-.

Una vez cargaban el estupefaciente en la costa marroquí, ocultaban la mercancía anclándola en el fondo de los caños próximos al municipio de Lepe y marcaban luego el lugar mediante boyas para poder localizarlos más tarde.

Horas después regresaban en embarcaciones de recreo más pequeñas para recuperar los fardos de hachís que eran transportados, de nuevo por carretera, a la nave investigada donde se almacenaba hasta su distribución.

Avanzada la investigación, los agentes comprobaron como la organización había incrementado las medidas de seguridad en sus desplazamientos, ya que se estaba preparando para un nuevo transporte de droga.

En sus desplazamientos, la furgoneta era escoltada por delante con varios "vehículos lanzadera" para detectar la presencia policial- y por detrás mediante otros en labores de contra- vigilancia.

Finalmente, los agentes de la Policía Nacional y funcionarios de la Agencia Tributaria establecieron el dispositivo oportuno para el registro de la nave, en la que se llevó a cabo la incautación de la droga y del resto de objetos y dinero.