Un vídeo muestra a Garganté reclamando a un médico que cambie su informe de atención a un mantero

"Tienes que poner que esta persona dice que la caída ha sido por un empujón de la Urbana", insiste el concejal

GUILLEM SÀNCHEZ / TONI SUST / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya ha notificado al concejal de la CUP del Ayuntamiento de Barcelona Josep Garganté que será juzgado por supuestamente haber presionado a un médico para que modificara el informe de la atención prestada a un mantero. 

El 23 de marzo pasado la Guardia Urbana de Barcelona activó a media tarde una operación “disuasiva” para provocar la retirada de vendedores del ‘top manta’ que se encontraban cerca de la Rambla. Como ocurre de un modo frecuente, huyeron precipitadamente y lo hicieron a través de una boca del Metro, la de Drassanes.

Durante esta huida uno de los manteros se cayó por la escaleras del tren subterráneo sin que en ese instante hubiera agentes de la Guardia Urbana que lo estuvieran persiguiendo, según mantienen fuentes policiales que apuntan que las cámaras de TMB lo confirmaron. Modou, así se llama, se hizo daño. Por eso fue trasladado al CAP de Peracamps, ubicado en la misma avenida de Drassanes. El médico que lo atendió, José Luis L. F., rellenó el parte médico correspondiente tras preguntarle al herido directamente cuál era la causa de su accidente. “Me caí”, afirmó el mantero. Según fuentes policiales, médico y paciente no hablaron en presencia de agentes de la policía municipal. La única patrulla que se dirigió al centro médico “esperó al mantero fuera para identificarlo” porque hubo dos mujeres que resultaron heridas cuando los vendedores entraron en el Metro.

Unas dos horas después de este incidente, sobre las seis y cuarto de la tarde, Garganté, acompañado de un representante de los manteros, se presentó en el CAP y preguntó por el médico que había atendido al vendedor.

UN GUARDIA URBANO INGRESADO

Horas antes de la llegada del concejal Garganté al CAP, fue ingresado en el mismo centro un agente de la Guardia Urbana. Durante su jornada se sintió mal y, al rato, se dio cuenta de que no podía continuar trabajando. Fue trasladado de urgencias y se quedó en una de las camillas. Allí tumbado, a la espera de recibir el alta y con un catéter que le introducía suero y medicamentos a través de la muñeca, se fue enterando del incidente de Drassanes en el que habían participado sus compañeros. De golpe, reconoció la voz de alguien hablando con un médico, justo al otro lado de su box: era la de Garganté.

Se incorporó de la camilla, sacó su teléfono móvil, lo asomó por encima de la pared de su box y grabó un vídeo publicado en exclusiva por EL PERIÓDICO. En este se ve al médico insistiendo una y otra vez en que el mantero le ha dicho que se ha caído y que él no tiene “ninguna sospecha” para creer que fue empujado por la Guardia Urbana. Pero Garganté y el representante de los manteros remarcan que el mantero no ha dicho toda la verdad porque habló con él en presencia de la policía. Un extremo negado por fuentes del cuerpo municipal. “Que entre [el mantero] ahora y ya está”, propone Garganté. “Yo no voy a cambiar el informe ahora”, se defiende el médico. “¿Por qué?”, insiste el edil. “Porque ya he escuchado su versión”, le replica el médico. “Pero es que no deberías haberlo escuchado con la Guardia Urbana al lado”, le regaña Garganté.

El representante de los manteros y Garganté insisten al doctor en que le ha faltado “objetividad” y le presionan para que haga un nuevo informe incluyendo una nueva versión de la declaración del mantero que este “entrando en solitario” le hará a continuación. “Es que no es la versión de la policía, es su versión [la del mantero]”, vuelve a defenderse el médico.

El tira y afloja se alarga unos minutos hasta que el doctor da la impresión de no aguantar más y ceder ante la propuesta de que el mantero cambie su versión inicial de los hechos. Entonces termina el vídeo.

Lo que ocurre a continuación es que, tras marcharse Garganté, el paciente del box de al lado se identifica como un agente de la Guardia Urbana y le comunica al doctor que ha grabado la conversación. El policía decide poner en conocimiento de sus superiores todo lo acontecido y le toman declaración al médico, que aclara en el atestado policial que se ha sentido presionado por Garganté y por el representante de los manteros para que cambie su parte médico.

LA VERSIÓN DE LA CUP

La CUP ha negado que Garganté coaccionase al médico y ha acusado a la Guardia Urbana de inducir al facultativo a presentar la denuncia. Según un comunicado y según la explicación de la presidenta del grupo de la CUP en el consistorio, María José Lecha, Garganté y el representante del colectivo de los manteros actuaron a petición del lesionado y solo le instaron a examinarlo de nuevo sin la presencia de la Guardia Urbana, que en su opinión sí supuso una coacción, ya que impidió al hombre contar lo que le de verdad le había pasado. 

Lecha ha enmarcado los hechos en “una campaña” contra los manteros y quienes les apoyan. Según la concejal, la grabación la hicieron agentes de paisano y no un agente ingresado en el CAP por casualidad. “El golpe lo recibió durante una carga policial”, ha agregado sobre el herido.

CiU y el PP, por su parte, ya han pedido a la alcaldesa Ada Colau que se pronuncie sobre la denuncia a Garganté.