TRAGEDIA AÉREA

El equipo de rescate duda de que se puedan recuperar todos los cuerpos

Operación Rescate Germanwings

Operación Rescate Germanwings / periodico

FERRAN COSCULLUELA / CÁRLOS MÁRQUEZ

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El avión quedó «pulverizado» tras un impacto tremendo. «Es imposible distinguir nada porque es un conglomerado de materiales irreconocibles. Apenas se intuye la cola del aparato y el trozo más grande del fuselaje que se puede identificar es una resto de carcasa con algunas ventanas». Así definía  un miembro de la comitiva que acompañó al 'president' Artur Mas las imágenes de los restos del avión que les mostraron las autoridades francesas en su visita a Seyne-les-Alpes, la localidad donde se ha instalado el puesto de mando para intentar recuperar los cuerpos de las 150 personas fallecidas en el accidente aéreo del pasado martes. Una operación de rescate en la que se siguen sin conocer las causas de la tragedia y en la que también se ignora si se podrán encontrar todos los cuerpos. De momento, los equipos de rescate solo dieron con algunos restos mortales que fueron rescatados por uno de los últimos helicópteros que regresó la tarde del miércoles del lugar del accidente antes de que anocheciera, según confirmaron varios medios franceses.

La violencia de la colisión provocó que los pedazos del avión quedaran diseminados en una superficie de cuatro hectáreas y con un desnivel de 200 metros, lo que pone de manifiesto las dificultades que están encontrando los especialistas franceses a la hora de proceder a la recuperación de los cuerpos. «Será un proceso muy lento, que durará semanas y en el que se perderán muchos restos», admitieron los responsables de la operación, en la que participan más de medio millar de personas, entre gendarmes, bomberos, militares, forenses, jueces, psicólogos y traductores.

Un rescate que tiene la dificultad añadida de la orografía de la zona, que es muy escarpada y en la que, debido a la altura, el terreno es sumamente resbaladizo porque está helado, por lo que es necesario introducir medidas de seguridad. A medida que se vayan recuperando, los restos de las víctimas no se custodiarán en el polideportivo de Seyne-les-Alpes, donde ayer acudieron algunos familiares de pasajeros alemanes fallecidos, sino que se trasladarán a una ciudad con instalaciones de conservación adecuadas, aunque no se dejará a los familiares que hagan un reconocimiento visual.

El choque brutal del avión de la compañía alemana también causó graves daños a las dos cajas negras del aparato. El primero de los dos artilugios, con las conversaciones de la tripulación, se halló el mismo día del accidente, pero estaba bastante deteriorado, por lo que se podría tardar semanas en sacar conclusiones fiables sobre el origen del siniestro, explicó el director de la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA) francesa, Rémi Jouty. El miércoles se encontró la carcasa de la segunda caja, pero sin la tarjeta de memoria que guarda los datos del vuelo.

HIPÓTESIS ABIERTAS

Ante la falta de esos datos vitales para la investigación, todas las hipótesis siguen abiertas, así como los rumores y las especulaciones acerca de la tragedia. Una incertidumbre que las autoridades de los tres países implicados en el siniestro quieren evitar. El procurador de la república, Brice Robin (que sería un equivalente al fiscal general de Francia), anunció ayer que la justicia de su país abrirá una investigación en coordinación con los jueces de Alemania y Francia para determinar «en qué estado estaba el avión antes de despegar y cuáles eran las cosas (maletas y mercancías) que llevaba a bordo».

La Fiscalía de la Audiencia Nacional también está investigando las causas del accidente y tiene previsto solicitar información a las autoridades francesas, por si hubiera indicios de delito perseguibles en España. «Hay unas diligencias abiertas en la fiscalía para determinar si los hechos tienen carácter o naturaleza delictiva y, si es así, que no lo sabemos todavía, precisar si son perseguibles en España», confirmó el jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza.