¿Qué comemos?

El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, adscrito a la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha alertado esta semana del riesgo derivado del consumo excesivo de carnes rojas y procesadas, en especial de embutidos y salazones. ¿Pero qué menús sirven los hogares españoles? ¿Se sigue una dieta sana y equilibrada? Los últimos datos de consumo alimentario indican que la dieta de los españoles dista de ser la ideal porque el consumo de frutas y hortalizas está cayendo y se come más carne de la aconsejable y más postres industriales. Es decir, nos alejamos de la soñada dieta mediterránea y nos acercamos más a la anglosajona. Una tendencia que se va confirmando año tras año.

El contenido del menú tipo de los españoles se puede dibujar a partir de los datos facilitados por Mercasa, que agrupa a los mercados mayoristas de toda España; el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente; consultoras de estudios de mercado y asociaciones tanto de supermercados como de grandes superficies. La mayor parte del presupuesto (21,9%) se la llevó la carne, frente al 13,5% del pescado.

En los entrantes, se siguen consumiendo más hortalizas y verduras frescas -sobre todo tomates en sus 25 variedades y patatas-- que pasta, arroz y legumbres. De segundo plato se impone la carne --pollo y cerdo- frente al pescado, entre el que reinan las merluzas y las pescadillas, con 3,7 kilos por persona y año, por delante de la humilde sardina, que apenas llega a la mitad. Y de postre, fruta, sobre todo naranjas. Solo Mercabarna comercializó el año pasado casi 80.000 toneladas de este cítrico. Estos datos del 2014 no distan mucho de los que contiene el informe de este año que se está ultimando.

Un goloso pastel

Los hogares españoles gastaron el año pasado en alimentación 66.443 millones de euros, aunque el desembolso ha descendido en los últimos cinco años el 4,4%. Este goloso pastel hace que la industria alimentaria esté muy atenta a cualquier vaivén del mercado y a alertas como la que se ha producido el informe de la OMS.

Un ejemplo que se da de bruces con la dieta mediterránea es la pastelería y bollería industrial con un consumo de 521 millones de kilos anuales y la cifra, lejos de descender, se mantiene estable.

Los datos del consumo en el hogar revelan, según el Ministerio de Agricultura y Mercasa, que las hortalizas y las frutas frescas cayeron el 3,4%. El descenso más significativo (sobre el 6%) fue en el consumo de lechugas, escarolas y endivias y tomates. Además, el consumo de aceite de oliva, ingrediente básico de la dieta mediterránea, también cae.

El plato fuerte del menú de los españoles fue la carne, aunque con altibajos. Mientras el vacuno, el caprino y el ovino cayeron entre el 5% y el 7%, el pollo fue el rey de la cocina con casi 15 kilos por persona y año, por 11 kilos de carne de cerdo. Un dato: el incremento estratosférico del 83,9% en el consumo de filetes de pollo. Tampoco es desdeñable el consumo anual de 6.000 millones de huevos.

Menos pan

Los españoles también comieron en el 2014 menos pescado fresco y congelado. Sin embargo, aumentó la compra de conservas de productos del mar. Las familias untan menos en el plato. Se cocina más a la plancha, ya que por falta de tiempo se simplifican los menús. Una prueba es que se come menos pan: cerca de 1,4 kilos por debajo de los datos del 2013. Los hogares con jubilados son más panarras: 50,6 kilos anuales por persona, frente a la media de 35,89.

El postre de los españoles es la fruta, sin lugar a dudas, pero cada vez se come menos. El año pasado el consumo retrocedió el 1,5%. En los fruteros hay naranjas -casi 21 kilos por persona y año- y plátanos -11,8 kilos- y crece la presencia de melón.