Gente corriente

Carme Martorell: "...y un rayo mató a los marranos de Serrallonga"

Con su personaje de bruja yerbatera va promocionando los 'Boscos de bruixes i bandolers' por Catalunya.

«...y un rayo mató a los marranos de Serrallonga»_MEDIA_1

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MAURICIO BERNAL

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-Eufresina Puig de Rajols. Era una bruja de los tiempos de Serrallonga. Eran vecinos, de hecho. Ella tenía un carácter muy fuerte, y cuando se enfadaba decían que causaba grandes tormentas de rayos y centellas.

-¿Y? ¿Tuvieron problemas?

-Pues sí. Algún día Eufresina provocó una tormenta muy fuerte y un rayo mató a todos los marranos de Serrallonga, que se cargó a la bruja; no se sabe si con un trabuco o si la colgó. Bien, pues yo soy la Eufresina actual.

-La Eufresina actual.

-Las mujeres de la familia se han llamado Eufresina durante generaciones. Hasta hoy.

Si los bosques del Montseny fueran los de hace 400 años la bruja Eufresina tendría serios problemas, sería denunciada por sus vecinos, procesada, quizá ahorcada. Pero en esos bosques corre el siglo XXI, igual que en el resto del planeta, y a las brujas ya no las persiguen, así que Carme Martorell puede vivir tranquila: puede ir por ahí vestida de bruja, contar sus historias de bruja y recetar sus pócimas de bruja. Ahora las toleran mejor.

-¿Pócimas?

-Ungüentos. A las brujas las mataban porque supuestamente no se volvían viejas y la gente pensaba que era por un pacto con el demonio. Y no: esas brujas en realidad eran mujeres que trabajaban en el campo, que cuidaban de sus hijos, con céntimos en la casa. Mujeres que leían, que estudiaban los libros y que por eso sabían hacer ungüentos y conservarse bien. No tenía más misterio.

-Cuénteme; ¿qué ungüento era tan bueno como para sugerir pactos con el diablo?

-Crema de caléndula. ¿Le digo la receta?

-Por qué no, claro.

-Se cogen los pétalos de la caléndula y se mezclan con las hojas del tallo, se maceran con aceite de oliva virgen y se ponen en un recipiente al fuego, pero sin que hierva, sin bullir, no hay que quemarlo. Cuando pasa un rato se deja enfriar y se cuela, y en ese aceite queda la esencia de la caléndula. Es lo mejor que hay para regenerar la piel.

-¿Había más malentendidos como ese?

-Pues sí. Eso de que las brujas vuelan: no. Ni vuelan ni han volado ni volarán nunca.

-Pero se pensaba que sí porque…

-Estramonio. Las brujas de hoy en día cuando salimos a cenar nos vamos a bailar después o a hacer el karaoke, pero antes las brujas cogían polvo de estramonio y se lo pasaban por las mucosas y alucinaban, y decían que veían el futuro. Cogían el mango de la escoba y lo frotaban con ese polvo y se lo pasaban por los genitales y como el polvo también tiene propiedades anestésicas a las brujas se les dormía todo de la cintura para abajo. Así les parecía que no tocaban el suelo y por eso decían que volaban.

-¿Puedo hablar con Carme?

-Por supuesto.

-¿Hace cuánto que es bruja?

-Desde que empezó este proyecto, Boscos de bruixes i bandolers.

-Turismo de brujas y bandoleros, ¿no?

-Sí, Sant Hilari Sacalm, Arbúcies, Viladrau, Olost y Sant Feliu Sasserra se unieron hace dos años y crearon la asociación del mismo nombre. Yo tengo dos personajes, una bruja mala durante L'Embruix, que se hace para la verbena de Sant Joan, y el de la bruja Eufresina, que es una bruja yerbatera que va promocionando todo esto por ahí.

-Me imagino que habrá de por medio alguna inclinación por el teatro.

-Sí, claro. Yo soy de Mataró, pero vine con 10 años a Sant Hilari Sacalm. Comencé a hacer teatro, cosas de canalla, formé parte de un pequeño grupo. A los 14 entré en el viacrucis como la Virgen y lo hago desde entonces, desde hace 41 años. Y hace 28 que estoy en el grupo de teatro del pueblo.

-¿Cae bien la bruja Eufresina?

-Se haría cruces de lo que se llega a interesar la gente por las hierbas. Se hacen la crema de caléndula y me dicen que les sienta muy bien. Es muy satisfactorio. Yo siempre he procurado trabajar por el pueblo.