Anna Basseda: "Usted está mirando el módulo, y entonces yo me acerco y..."

Lo primero, el explainer: un estudiante que en su tiempo libre hace de guía en un museo. Un explicador, literalmente. Lo segundo, Anna Basseda: vecina de Collbató de 16 años. Estudiante de primero de bachillerato -opción tecnológica y científica- y fuente de frases como esta: «Me fascina la mente humana y me gustaría conocer las claves de nuestro comportamiento, la razón por la que hacemos las cosas que hacemos. Mi única duda es saber si lo voy a estudiar desde la perspectiva de la psicología o de la neurociencia». ¿No es acaso un silogismo? Anna Basseda más explainer: un matrimonio feliz.

-Explíqueme cómo llegó aquí. ¿Se levantó un día y dijo: 'Quiero ser explainer del CosmoCaixa'?

-Je, je. Sí, a ver: para empezar, en la Escola L' Horitzó, que es donde estudio, se hace voluntariado. Si pasas por ese cole, en bachillerato haces voluntariado. Y cuando nos hablaron de esta posibilidad, a mi amiga Victoria y a mí nos llamó mucho la atención.

-¿Qué les gustó, exactamente?

-Nos gustó porque las dos somos de ciencias, y porque es una manera distinta de darte a los demás. Lo típico es ir con los abuelitos, pero las dos queríamos probar esto.

-¿Cómo funciona? Supongo que las preparan, ¿no?

-Sí, hubo unas clases previas. Fuimos módulo por módulo aprendiendo cómo explicar las cosas, y luego hubo una sesión donde nos dijeron cómo había que dirigirse a la gente.

-¿Y cómo hay que hacerlo?

-Bueno, la postura, la espalda recta, ser agradable, cuidar el movimiento de las manos... Usar una voz suave y evitar las muletillas.

-Digamos que estoy de visita. ¿Cómo hago para que sea mi explainer?

-Funciona así. Nosotros estamos abajo, repartidos por zonas. Yo estoy a un lado y usted está mirando un módulo, y yo me acerco y le pregunto si quiere que se lo explique.

-A ver. ¿Este módulo, por ejemplo?

-Sí, puede ser este.

SEnDExplainer, por favor.

-Esto representa el movimiento browniano. Se llama así porque fue el científico escocés Robert Brown el que lo descubrió, al ver que el polen al caer sobre el agua se movía solo. Luego Einstein explicó que eran las moléculas de agua chocando entre sí.

-¿Las bolitas son el polen?

-Son las moléculas de agua.

-Vamos a otro. Este, por ejemplo.

-Este representa la presión hidrostática. ¿Lo ve? El chorro que está más abajo es el más potente porque es el que recibe más presión del agua. Aquí uso el ejemplo de los buceadores, para que la gente entienda.

-Hablemos de una satisfacción que le haya dado este voluntariado.

-Pues… Pues sí, justamente, una vez, con el movimiento browniano. Se lo expliqué a un chico y cuando terminé se quedó mirándome y me dijo que era estudiante de ingeniería y que nadie se lo había explicado nunca tan bien. Me sentí orgullosa.

-¿Y algún momento difícil? ¿Algún incansable que no dejara de hacer preguntas?

-Nada de eso. Pero sí, una vez me tocaron unos mallorquines que querían que les contara todo lo que supiera del museo. ¡Todo!

-Todo.

-Por fortuna yo cuando acabo las horas de voluntariado suelo quedarme y dar vueltas por el museo, por las partes que no me toca explicar; para aprender. Eso me ayudó.

-¿Cuánto tiempo lleva haciendo esto?

-Es la tercera vez que lo hago. Mi tercer grupo de explainers desde el otoño pasado.

-¿Y se va a seguir ofreciendo?

-Pienso alargarlo todo lo que pueda.