Gente corriente

Andrea de Las Heras: «Sentí que no quise lo suficiente a mi hermano»

Su hermano murió hace un año tras vivir 18 con una parálisis cerebral del 98%. Semejanzas con el caso de la niña gallega.

«Sentí que no quise lo suficiente a mi hermano»_MEDIA_1

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MAURICIO BERNAL

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Andrea de Las Heras tiene 21 años y estudia Publicidad y Relaciones Públicas en la Universitat Pompeu Fabra. Para la asignatura de Gabinetes de prensa tenía que escribir y lograr que le publicaran una carta en algún medio de comunicación, y envió una a este hablando del caso de su hermano que salió publicada el martes. «Llevaba varias semanas pensando qué escribir, porque no me sentía capacitada para hacerlo de según qué temas, hasta que apareció el caso de la niña Andrea». Andrea Lago, la niña gallega gravemente enferma cuyos padres han tenido que acudir a los tribunales para que la dejen morir en paz. De eso sí que sabía. De eso podía escribir.

-Y me sirvió. Es un tema del que no hablo con nadie, y me sirvió mucho escribir de eso.

-Voy a recapitular. Su hermano murió hace un año, a los 18, después de vivir toda su vida con el 98% de parálisis cerebral. Usted subraya que eso destrozó a su familia.

-Sí, en parte por eso entiendo a los padres de Andrea. Mi padre nunca pudo aceptarlo y se dio a la bebida. Yo no lo veía nunca. Cuando era niña y me iba a dormir, él nunca había llegado. Mi madre se dedicaba las 24 horas del día a Ramiro, y entre una cosa y otra yo desde muy pequeña tuve que hacer las cosas sola.

-Se llevaban solo tres años, usted y Ramiro. Supongo que no siempre entendía qué pasaba.

-No, claro, yo al principio no entendía bien. Fui entendiendo con la edad, y al principio creó un rechazo en mí, me sentía avergonzada y lo escondía. En mi clase nadie sabía que yo tenía un hermano, por ejemplo.

-¿No tenían vida familiar?

-Muy poca. Cosas normales que hacen otras familias, por ejemplo ir un sábado de paseo a Barcelona, yo nunca las he hecho.

-Pero sus padres permanecieron juntos.

-No. Se divorciaron hace cinco años. Mi madre no podía más.

-¿A qué obedecía la parálisis de su hermano?

-Pues a que en el séptimo mes de embarazo a mi madre se le desplazó la placenta, que es algo que puede ocurrir, y que si se trata con rapidez se pueden minimizar los daños. Pero a ella no la trataron rápido.

-A la niña Andrea le han retirado la alimentación y morirá en unos días. ¿También en eso hay paralelismo con su hermano?

-Sí. Ramiro tenía siete años cuando mis padres dieron su consentimiento para que los médicos lo dejaran morir tranquilo en caso de que tuviera una crisis. Los padres tienen que poder decidir por un niño que no tiene capacidad de decisión. Y esa crisis se produjo hace un año. Es que, de hecho…

-¿Si?

-De hecho, mi madre se enfadó mucho con la pediatra, porque mi hermano al nacer no respiraba y ella lo reanimó. Le dijo que por qué, sabiendo cómo iba a ser la vida de esa niño, por qué lo había reanimado. Fue algo que le costó mucho comprender.

-¿Él se enteraba de las cosas?

-Sí, mi hermano lloraba cuando estaba mal y reía cuando estaba bien. Pero fue empeorando, y al final ya no sonreía nada.

-¿Tuvo sentimientos encontrados cuando murió su hermano?

-Cuando murió yo sentí que no le había querido lo suficiente, y me reconcome haber sentido vergüenza de él, y haberlo escondido, y haberlo culpado de lo que pasó con mi familia. Me arrepiento mucho.

-Una pregunta obvia: ¿ha sentido de cerca el caso de la niña gallega?

-Pues la verdad, al principio no le presté mucha atención, pero al ver que había unos padres que querían hacerlo por el bien de su niña, y un comité de ética que los respaldaba, y una ley que también los respaldaba… Entonces me indigné, me pareció una injusticia brutal.