ESCÁNDALO EN EL REINO UNIDO

Diputados salidos en el Parlamento británico

Las denuncias por acoso sexual aumentan en la Cámara de los Comunes, y entre los señalados figura Mark Garnier, secretario de Estado para Comercio Exterior

May, durante una visita a unas obras en Old Buckenham (Norfolk), el 26 de octubre.

May, durante una visita a unas obras en Old Buckenham (Norfolk), el 26 de octubre. / periodico

Begoña Arce

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Las denuncias de acoso sexual y comportamiento inapropiado han alcanzado al Parlamento británico. La lista de alegaciones contra diputados aumenta y entre los señalados con el dedo figura un miembro del Gobierno en el equipo del ‘brexit’. El secretario de Estado para Comercio Exterior, Mark Garnier, admite haber enviado a su secretaria, Caroline Edmondson, a comprar unos juguetes sexuales, dos vibradores, a una tienda de esos artilugios en el Soho londinense. Garnier llamó en otro momento a Edmondson “tetas de azúcar” delante de otras personas. La empleada trabaja ahora para otro diputado. El caso es solo la punta del iceberg. Los parlamentarios temen que haya nuevas revelaciones, una vez rota la ley del silencio, a raíz del escándalo por graves y prolongados abusos sexuales del productor hollywoodense Harvey Weinstein.

En las redes sociales y medios de comunicación británicos circulaba el domingo una lista cada vez más nutrida, con los nombres de 36 diputados. La presión aumenta sobre la primera ministra, Theresa May, decidida, afirma, a tomar medidas tajantes para proteger al personal de Westminster contra el acoso sexual. “Los que trabajan en los Comunes deben recibir un tratamiento apropiado y justo”, señala. 

Jóvenes y vulnerables

May ha escrito una carta al presidente y portavoz de la Cámara de los Comunes, John Bercow, pidiéndole que cree el procedimiento especial para sancionar a parlamentarios que incurran en este tipo de acoso. “Habrá tolerancia cero”, ha anunciado Bercow. La primera ministra busca un acuerdo de todos los partidos y propone designar un mediador para que el personal pueda presentar sus denuncias a una autoridad independiente, especialmente cuando el acosador es el jefe. El problema es que muchos ayudantes en Westminster no son funcionarios públicos, ni trabajan siquiera para un determinado partido. Son contratados directamente por cada diputado para llevar su oficina. Ese hecho y su juventud, en la mayoría de los casos, les hace especialmente vulnerables.     

Historias similares

La historia de Garnier se suma a otras de igual índole. Un exministro conservador, Stephen Crabb, reconoce haber mandado mensajes sexuales explícitos a una joven ayudante de 19 años, a la que había entrevistado para una trabajo en el 2013. Crabb, casado, padre de familia y hombre muy religioso, ya tuvo que dimitir por un hecho similar. Otro incidente alude a un diputado conservador que tomó fotos comprometedoras de un joven ayudante, para ser utilizadas a cambio de favores sexuales. El 'Sunday Times' también citaba, sin dar el nombre, a un miembro del Gobierno que agarró el muslo de una mujer y le dijo: “¡Dios, cómo me gustan tus tetas!”.

La oposición laborista tampoco se salva. El diputado por el distrito de Sheffield Hallam, Jared O’Mara, ha sido suspendido y está siendo investigado por sus agresivos comentarios misóginos y homofóbicos en las redes sociales. Es toda una cultura machista y obsoleta la que está siendo cuestionada en la sociedad británica y no solo en la Cámara de los Comunes. La pasada semana un sondeo de la BBC reveló que la mitad de las mujeres (53%) y una quinta parte de los hombres (20%) ha sufrido algún tipo de acoso sexual en el puesto de trabajo.