el FUTURO DEL MOVIMIENTO 15-M

Los indignados se resisten a liquidar las acampadas como vía de protesta

Un momento de la asamblea de la plaza de Catalunya, ayer, en Barcelona, a la que asistieron nuevamente miles de ciudadanos.

Un momento de la asamblea de la plaza de Catalunya, ayer, en Barcelona, a la que asistieron nuevamente miles de ciudadanos.

FIDEL MASREAL / BARCELONA
MARGARITA BATALLAS / MADRID

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El cantautor y luchador por las libertadesPaco Ibáñez concluyó ayer su actuación en laplaza de Catalunya, en apoyo a losindignados, con una petición: «Sobre todo, no paréis». Y los concentrados le hicieron caso. A las once de la noche, laasamblea decidió mayoritariamente que la acampada seguirá como mínimo hasta mañana martes, cuando se tomará una decisión definitiva.

La decisión de seguir estuvo motivada en buena medida por los hechos sucedidos el viernes: la carga policial y lalimpiezade la infraestructura de la acampada. Si antes de esa actuación policial los acampados tendían a ver el domingo, ayer, como punto final del asentamiento, anoche, cuando todavía resonaban los gritos de «¡Puig dimisión!», se decidió dar una nueva vuelta de tuerca a la autoestima de los concentrados y hacer caso a Paco Ibáñez y al sentimiento mayoritario en la plaza.

EL ORGULLO / Un sentimiento que se resume en lo que comentaba ayer Gerard, de la comisión de difusión. Con la mano y entebrazo derechos vendados por culpa de una fisura, debida, según explicaba, a una carga de los Mossos el viernes, opinaba: «Todo el material que nos robaron lo recuperaremos y las heridas se curan. Para ello necesitamos unos días más. Cuando ya hayamos reconstruido todo, desmontaremos».

Es decir, que el orgullo pospuso una decisión que se va larvando desde hace días: la necesidad de no alargar gratuitamente una protesta que ha conseguido superar rotundos desafíos en menos de dos semanas y que corre el riesgo de languidecer o de, en palabras de uno de los ideólogos del movimiento, Arcadi Oliveres, «pudrirse» innecesariamente.

Para evitarlo, existe una clara voluntad de transformar el movimiento hacia una lluvia de actividades en barrios y un goteo de actos de protesta. Así quedó de manifesto en la asamblea de anoche, donde se dio gran importancia a las actividades en diferentes barrios de la ciudad, a la manifestación convocada para el día 19 de junio, que concluirá ante el Parlament, y a otras protestas en ámbitos tan diversos como el rechazo a la energía nuclear o las reivindicaciones laborales, no exentas de duras descalificaciones a los sindicatos mayoritarios.

Por su parte la larguísima asamblea delos acampados en la Puerta del Sol, en Madrid, decidió pasada la medianoche continuar con el campamento hasta hoy, cuando se tomará una decisión definitva sobre el futuro. En la asamblea se explicó que las autoridades han informado de que hasta el martes no habrá intervención policial. Después, no hay garantías.

EL GERMEN / Las acampadas nacieron del éxito de la manifestación convocada el pasado domingo, día 15, por el movimientoDemocracia Real Ya. El martes 17, por la mañana, a penas unas decenas de personas protagonizaban la acción, apenas con una carpa, una mesa, sillas y algunos víveres en un carro de la compra. Esainfraestructurainicial se transformó, en cuestión de días, en una auténtica ciudad autónoma en pleno corazón de la capital catalana. Presidida por las decisiones asamblearias, no exentas de tensiones internas, la acampada fue desplegando una compleja estructura de comisiones sectoriales. Los asentamientos se multiplicaron en numersas ciudades españolas e incluso en plazas de Bruselas o París.

En menos de dos semanas, las acampadas han superado varios desafíos. Primero, la exigencia de laJunta Electoral Centralde que debían cesar las acampadas el día de reflexión y la jornada de votaciones del pasado 22. Las autoridades no desalojaron las concentraciones debido a su magnitud. Una semana después, la carga de los Mossos para limpiar, cuatro de ellos graves, y consiguió reactivar el apoyo ciudadano a los acampados. Y el sábado, los acampados lograron evitar un choque con los radicales que celebran lavictoria del Barça. Ayer, envalentonados, decidieron seguir al menos dos días, pero conscientes de que la acampada debe dejar paso a otras expresiones si quieren mantener viva la indignación y el apoyo acumulados.