SUCESOS

Un robo de metal corta 7 horas la línea férrea entre Salou y Cambrils

RAFAEL MORALES
CAMBRILS

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Los ladrones de material de hierro y cable eléctrico en el Camp de Tarragona son cada vez más osados. Un robo de piezas de metal en la infraestructura ferroviaria provocó ayer la caída de 420 metros de catenaria entre las poblaciones de Salou (Tarragonès) y Cambrils (Baix Camp). La avería obligó a interrumpir la circulación de trenes desde las 12.40 horas hasta las 19.25 horas. Los pasajeros de un total de 17 trenes se vieron afectados.

La avería se detectó pasado el mediodía, cuando un tren de larga distancia se quedó parado entre Salou y Cambrils. Los viajeros tuvieron que ser recolocados en varios autocares. Personal de seguridad del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) se desplazó al lugar para valorar los daños y presentar una denuncia ante los Mossos d'Esquadra. También se movilizó maquinaria específica de electrificación y a técnicos que procedieron a reparar los daños y restablecer la circulación de trenes.

Renfe estableció un servicio con 40 autocares para trasladar por carretera a los pasajeros que viajaban en los trenes de larga distancia y en los regionales. En los primeros, el servicio alternativo se estableció entre Tarragona y l'Aldea (Baix Ebre), mientras que en los regionales los autocares cubrieron los 12 kilómetros que separan las poblaciones vecinas de Salou y Cambrils.

PIEZAS INDISPENSABLES / Según las primeras investigaciones de Adif, los ladrones se llevaron ocho contrapesos del sistema de electrificación a la altura del punto kilómetrico 261/180 de la línea de ancho convencional Valencia-Tarragona-Barcelona. Se trata de piezas que sirven para mantener tensada la catenaria que suministra la electricidad al tren. «Son piezas indispensables para el correcto funcionamiento de la catenaria», precisaron.

El robo de este tipo de material se convirtió durante el año pasado en uno de los quebraderos de cabeza de los Mossos, que tuvieron que intensificar las patrullas y controlar las chatarrerías. Los payeses de la zona llegaron a organizar patrullas privadas de vigilancia ante la ola de robos de herramientas y piezas de los sistemas de riego que sufrieron en sus fincas. En El Vendrell (Baix Penedès), los cacos llegaron incluso a robar todas las tapas de alcantarilla de una calle.