HAY CINCO DETENIDOS

Cae una red que robaba la recaudación de entidades bancarias

La banda, que tenía un amplio historial delictivo, actuaba en el área metropolitana de Barcelona

EL PERIÓDICO / Barcelona

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Los Mossos d'Esquadra han desarticulado una banda que se dedicaba a robar la recaudación de entidades bancarias situadas en el área metropolitana de Barcelona. Los agentes han detenido in fraganti a cinco miembros de la red cuando preparaban un robo en una oficina de Segur de Calafell (Baix Penedès). La operación continúa abierta y no se descartan nuevos arrestos.

Los detenidos, todos de origen suramericano y vecinos del distrito barcelonés de Sants, tienen un amplio historial delictivo por hechos similares en todo el territorio español. Sobre la mayoría de ellos pesan órdenes de búsqueda y captura de diferentes cuerpos policiales y de diversos juzgados de toda España. Los Mossos les imputan delitos de asociación ilícita, falsedad documental y robos valorados en más de 60.000 euros.

Singular modus operandi

El grupo se había especializado en robar las entregas de dinero que realizaban los vigilantes de los furgones blindados a las oficinas bancarias. La investigación se inició el pasado septiembre cuando los Mossos detectaron la presencia de una banda que cometía robos con un modus operandi singular y definido. Los ladrones hacían en primer lugar un seguimiento de los furgones blindados de seguridad privada encargados de la entrega y recogida de dinero en entidades bancarias del área metropolitana. Tras elegir un furgón, lo seguían hasta que el vehículo se paraba ante una oficina bancaria.

En ese momento, los miembros de la banda se posicionaban estratégicamente dentro y fuera de la oficina, vigilando los movimientos de los agentes de seguridad, que realizaban la entrega de dinero. Una vez los vigilantes abandonaban la oficina, los ladrones estudiaban el lugar, dónde se había depositado el dinero y cómo estaban ubicados los trabajadores de la oficina.

A continuación, y de forma muy organizada, cada miembro desempeñaba unas funciones muy concretas para perpetrar el robo sin ser descubiertos: uno de los delincuentes, en el interior de la oficina, indicaba a una pareja donde se había dejado la recaudación. Otro miembro del grupo simulaba entonces tener un problema con el cajero automático situado en el exterior y conseguía llamar la atención de los trabajadores, que se desplazaban lejos del dinero. De manera rápida, uno de los miembros de la pareja robaba la bolsa mientras su compañera le cubría. Una vez con el dinero, los ladrones se dispersaban rápidamente, unos a pie y otros en un vehículo que les esperaba en el exterior.