LA gestión de un bien escaso

Catalunya reabre el debate sobre el precio del agua en plena abundancia

MARZO DEL 2008. La Baells, durante el último periodo de sequía en Catalunya.

MARZO DEL 2008. La Baells, durante el último periodo de sequía en Catalunya.

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hay agua para 15 meses más. En un hipotético caso de que no lloviera ni una gota ni se adoptaran medidas extraordinarias, las reservas de que dispone Catalunya en estos momentos serían suficientes para dar de beber a todos sus habitantes hasta la Navidad del 2011. El nuevo año hidrológico, estrenado con lluvias abundantes, se augura como uno de los mejores del último decenio.

Los datos son concluyentes: los embalses de las cuencas internas (que abastecen las comarcas de Barcelona y Girona) se encontraban el viernes, antes del último temporal, al 80% de su capacidad, mientras que los del área del Ebro, de donde beben la mayoría de poblaciones de Lleida y de Tarragona, estaban al 72%. Eso supone, según la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), que la disponibilidad actual de agua de los dos sistemas supera en 440 hectómetros cúbicos las reservas del año pasado por estas fechas.

MEJORAR TIENE UN PRECIO / Aprovechando que el viento sopla a favor, cada vez son más las voces autorizadas, como Narcís Prat, ecólogo de la Universitat de Barcelona, o Gabriel Borràs, ingeniero de la ACA, por citar algunas, que recomiendan a los políticos una subida del precio del agua. Es, a su entender, el único modo de financiar las infraestructuras necesarias para que el suministro siga estando garantizado cuando concluya la bonanza actual. De hecho, las últimas mejoras acometidas en el suministro en Catalunya, incluida la gran desalinizadora de El Prat y una potabilizadora de última generación, han dejado las arcas de la ACA al borde del colapso. Diversos estudios han calculado que solo se podría mantener la situación si el precio del agua sube al menos un 40% de aquí al 2015.

La satisfacción actual no viene solo por los pantanos. «También los indicadores de los acuíferos se sitúan en su parte más alta», explican técnicos de la ACA. Y es que, agregan, «lo que ha ocurrido entre el otoño del 2009 y el verano del 2010 ha sido más propio de climas atlánticos que mediterráneos». Pluviométricamente ha sido un año normal, si acaso ligeramente lluvioso en algunas zonas, «pero desde el punto de visto hidrológico hemos vivido una época realmente buena, porque ha llovido de forma constante durante casi todo el periodo». Eso ha supuesto que «los lugares donde se almacena el agua se hayan ido recargando con regularidad, sin que llegaran a terminarse las existencias», indican.

En cualquier caso, advierten los expertos, este panorama de abundancia «es una excepcionalidad que se debe relativizar». De entrada, avisan, no hay que relajar las costumbres adquiridas en los últimos tiempos y que han hecho que, por ejemplo, Barcelona sea en estos momentos la capital europea con menor consumo de agua (108,4 litros diarios por habitante). Y recuerdan que hay que mantener el esfuerzo inversor porque la situación actual no será indefinida. «Hay que insistir en hacer que los riegos agrícolas sean más eficientes, en la reutilización de las aguas residuales y en la desalinización», insisten.

HACERLO YA / En estas circunstancias son cada vez más los partidarios de abordar un debate sobre el precio que los consumidores catalanes pagan por el agua. Ingenieros y ambientalistas consideran que conviene no postergar la decisión. «Es mejor definirlo ahora, en frío, igual que hicieron los sindicatos y la patronal con los servicios mínimos de las huelgas», argumentan algunos.

Otros reclaman a los políticos que se pronuncien, en puertas de las elecciones autonómicas, cómo piensan sufragar las inversiones previstas en el plan de gestión del agua, que el tripartito ha dejado casi listo, y amortizar los 2.000 millones de euros que adeuda la ACA tras las inversiones de los últimos años.