Respuesta ante una involución social

2.000 médicos reclaman a Rajoy que frene la contrarreforma del aborto

Manifestación en Valencia contra la 'ley Gallardón', el pasado mes.

Manifestación en Valencia contra la 'ley Gallardón', el pasado mes.

ANTONIO M. YAGÜE
MADRID

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Alberto Ruiz-Gallardón se  ha encontrado con otro frente a su reforma de la ley del aborto. Tras el vapuleo de colegios y sociedades de médicos, 2.000 profesionales sanitarios, encabezados por prestigiosos ginecólogos y psiquiatras, presentaron ayer un manifiesto en el que piden al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a los titulares de Justicia y Sanidad que usen la inteligencia y no aprueben solo por motivos ideológicos una ley que carece de demanda social, «vulnera los derechos de las mujeres, dañará su salud y convierte erróneamente el aborto en problema psiquiátrico».

Eudoxia Gay Pamos, presidenta de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, criticó el papel y la excesiva responsabilidad que el texto adjudica a los psiquiatras. «Nos obligan a certificar -denunció- algo que no nos corresponde, un daño grave y permanente en la salud mental de las mujeres que quieran abortar». Ese daño «grave y permanente» supondrá a su  juicio convertir en locas a las 100.000 mujeres que ahora deciden en libertad para poder abortar. «Vamos a subir epidemiológicamente la enfermedad mental a niveles estratosféricos de un plumazo. Daría un poco de risa si no fuera por lo grave que es», ironizó. También advirtió del estigma de una enfermedad mental, ya que puede perjudicar a las mujeres en el futuro, en las demandas de tutela de hijos o ante una oferta de trabajo.

REGRESO AL PASADO / «Esa ley supone un flashback terrorífico, nos devuelve a los años 60 y al posfranquismo», subrayó el veterano ginecólogo catalán Santiago Dexeus, que se declaró amigo de varios políticos del PP y que atendió el parto de los hijos de Mariano Rajoy en su clínica de Barcelona. «No sollozo por no dar un espectáculo. Es hora -agregó combativo- de que se acabe con tanta hipocresía. Les pido que acudan a la inteligencia y no a la ideología ni a las creencias religiosas en este sentido». Y abundó: «No quiero volver a ver niñas bien emprendiendo un viaje abortivo a Londres, ni mujeres con hemorragias acudiendo al hospital tras haber abortado de manera clandestina».

Para los casi 2.000 firmantes, entre los que el 61% son médicos, el 21% matronas y enfermeras y el 13% psicólogos, la eliminación del supuesto de malformación «resulta contraria al sentir mayoritario de la población» y solo servirá «para agudizar el dolor» de las 3.000 mujeres que en la actualidad deciden interrumpir su embarazo por este motivo. No obstante, para los también reputados ginecólogos madrileños Javier Martínez de Salmeán y Pilar Martínez Ten se está centrando excesivamente el debate en este punto cuando las interrupciones por esta causa apenas suponen el 3%.

POSIBLE INSUMISIÓN / El primer objetivo de los firmantes del manifiesto es frenar el anteproyecto de ley. «Pero si entra en vigor, no descartamos la insumisión», aseguró Martínez Salmeán, uno de los miembros del comité que asesoró la ley vigente promulgada por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, que a su juicio «funciona», como demuestra el descenso de abortos tras su implantación. Ni él ni el resto de los expertos que abanderan el manifiesto han sido consultados ni antes ni después de una reforma con la que «aumentarán los abortos inseguros y se impedirá que las mujeres puedan hablar con su propia voz».