El aroma de la discordia

Un grupo de vecinos de la calle de Àvila denuncia las molestias ocasionadas por la chimenea de una fábrica de café. La empresa, en funcionamiento desde 1969, ha reducido su actividad

La chimenea de la empresa de café, que cumple con todas las normativas, saca un humo blanco durante unos 15 minutos minutos al día los tres días centrales de la semana.

La chimenea de la empresa de café, que cumple con todas las normativas, saca un humo blanco durante unos 15 minutos minutos al día los tres días centrales de la semana.

LUIS BENAVIDES / BARCELONA

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Dicen que no hay nada mejor que levantarse con el aroma del café recién hecho. La cosa cambia cuando en lugar de una cafetera doméstica el origen es una fábrica dedicada a la torrefacción del café a 100 metros de casa y el humo blanco que suelta su chimenea se cuela día sí y día también por la ventana. Este es el caso de unos vecinos de la calle de Àvila con Tànger, quienes han denunciado el caso al ayuntamiento.

Unión Industrias del Café, SL (Sancho de Ávila, 73-75) lleva desde 1969 tostando granos de café en el Poblenou y nunca antes había recibido quejas de sus vecinos. "Los que ahora se quejan son inquilinos de un bloque de protección oficial de reciente construcción. Les hemos hecho saber que la instalación cumple con todas las normativas y que el vapor de agua que sale de la chimenea no es nocivo", explica el químico Jordi Codina, segunda generación al frente de la empresa.

'FUMATA BLANCA'

Carme Fajula y su madre, Pepita Soriano, viven en un bloque de la calle de Tànger más antiguo que la fábrica. Su terraza, acristalada para mejor aislamiento, da a la chimenea de la discordia. "Llevamos aquí toda la vida. Siempre nos hemos quejado, pero entre nosotros. Pertenecemos a otra generación y entiendo que la gente joven de los nuevo bloque no quiera aguantar esto",  cuenta Fajula.

El gerente de Unión Industrias del Café no quiere hablar en ningún caso de la generación de humos. La chimenea, precisa, saca vapor de agua. "No quemamos nada, ni petróleos ni maderas. Tostamos el café con gas natural. Los granos tienen un 13% de agua, y esa  agua es lo que sale por la chimenea en forma de vapor", precisa Codina.

El humo blanco, añade el gerente, es algo tan espectacular como anecdótico. Solo aparece cuando la maquinaria introduce agua fría para frenar cada una de las 24 tuestes  diarias. "Dura 35 segundos y supone un total de casi 14 minutos al día como mucho", añade Codina.

"¿Qué huele? Sí. ¿Qué huele mal? En absoluto. Puedo entender que la gente acabe algo harta, como cuando tienes una panadería debajo de casa y hueles a cruasanes a todas horas", explica el responsable de esta empresa familiar, con 180 empleados entre oficina, fábrica, almacén y repartidores.

Tras las quejas vecinales, la empresa ha decidido concentrar el proceso de tueste en tres días (martes, miércoles y viernes) por la mañana como muestra de buena voluntad.

VECINOS DIVIDIDOS

En los bajos del bloque más beligerante, los impulsores de la denuncia, hay un bar con un dueño muy comprensivo. "Llevo trabajando en esta zona desde 1992, y no me han supuesto ningún problema", explica Quico García, quien considera que los vecinos deberían haberse informado antes de comprar el piso si sufren alguna enfermedad respiratoria o alergia. "También tenemos una discoteca al lado, desde hace muchos años, y tampoco pueden pretender cerrarla ahora porque llegan ellos", añade García.

Como los responsables del bar, el propietario del supermercado evita la polémica: "Últimamente oigo mucho a los vecinos hablar sobre la chimenea. Yo también vivo en el bloque, soy vecino, y no me molesta", añade José Sadagashili, quien ha integrado en su vida  los vapores con aroma a café.