La gran bancada

Ni uno, ni dos, ni tres. 17 bancos, uno al lado de otro, a pleno sol y mirando hacia la calzada y los edificios. Aunque pueda parecer una broma, esta imagen se perpetúa desde hace dos años en la calle de Berenguer de Palou, en La Sagrera. El tramo, situado entre las calles de Garcilaso y el Pont del Treball Digne, se ha convertido en una de las zonas más peculiares del barrio debido a la curiosa distribución del mobiliario urbano. De hecho la calle, junto a las obras del AVE y de la Torre Gran de La Sagrera, ha sido rebautizada por los vecinos como la calle de los bancos.

La instalación se realizó hace dos años, durante el anterior mandato municipal. Primero se instalaron 14 bancos que fueron retirados de otras zonas del distrito. La idea era evitar que los coches aparcaran, según técnicos municipales. Un año después, los bancos fueron sustituidos por otros más modernos y aumentaron a 17. Cada uno vale unos 500 euros, lo que supone una inversión total de 8.500.

A PLENO SOL Y SIN VISTAS

Los nuevos bancos no han resuelto el problema de su infrautilización. Siguen acumulando polvo día tras día. Casi nadie los usa. Su situación no invita a sentarse: mucho sol, vistas pobres y cercanía a la calzada, por la que además de coches y motos, también circulan los autobuses. Todo un riesgo, especialmente para los niños.

El cambio de gobierno en el Ayuntamiento puede ayudar a revertir este sinsentido. Laia Ortiz, nueva concejala del distrito de Sant Andreu, califica la situación de la calle Berenguer de Palou como un "despropósito". La concejala también pone en duda el proceso que derivó en la instalación del mobiliario: "Desde el Ayuntamiento nos gustaría saber cómo se llegó a esta situación. Es evidente que había otras posibilidades antes de hacer lo que finalmente se hizo".

Ortiz anuncia que está prevista una reestructuración de la calle, aunque difícilmente se hará antes del año que viene. La concejala plantea realizar algún cambio transitorio en el mobiliario de la calle antes de realizar mayores reformas.

Más allá de la explicación oficial de los técnicos y de la dirección del distrito, los vecinos también toman partido.  "Los bancos serían útiles si tuvieran unos árboles cerca que les den sombra", opina Manuel del Campo, vecino de Navas y habitual de la zona. Del Campo critica que hay otras zonas de la ciudad donde sí son necesarios los bancos y no hay.

Otro vecino, Baltasar Fonts, se cuestiona el porqué de los bancos como barrera. "Teniendo pilonas ¿por qué ponen tantos? Es un gran despilfarro, sin duda".