ESTUDIO DE LA UPF Y LA AGÈNCIA DE SALUT PÚBLICA

La precariedad laboral afecta ya a todos los grupos socioeconómicos

La inseguridad en el trabajo triplica los casos de empeoramiento en la salud mental

VÍCTOR VARGAS / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La precariedad laboral ha dejado de ser un fenómeno focalizado en las clases socioeconómicas de extracción más humilde y con menor formación académica y ya se extiende entre todos los colectivos sociales. Esa es la principal conclusión que arroja el proyecto internacional 'Sophie', que trata de evaluar el impacto de las políticas sociales en la salud.

Así lo han destacado Carme Borrell, coordinadora del proyecto y miembro de la Agència de Salut Pública, y Joan Benach, investigador de la Universitat Pompeu Fabra, donde este jueves se han presentado las conclusiones parciales del trabajo, las centradas en analizar las desigualdaddes de salud derivadas de las políticas sobre el mercado laboral.

El trabajo destaca que la inseguridad en el empleo afecta especialmente a los trabajadores menores de 35 años (21%), los que tienen un bajo nivel educativo (20%), artesanos y comerciantes (22%), operadores de máquinas y plantas (23%), en el sector industrial (23%) y otros empleos (26%).

Esta inseguridad laboral se traduce habitualmente en mala salud de los afectados, que acostumbran a ser los que engrosan el grupo de precariedad intensiva, el integrado por empleados a tiempo completo, con una labor de alta intensidad y escasa flexibilidad, en un entorno de baja calidad del trabajo. Les siguen en nivel de afectación los empleos instrumentales (a tiempo completo y relativamente estables, como oficinistas y trabajadores de servicios) y los de precariedad no sostenible (condiciones adversas, bajos ingresos y temporalidad).

El estudio, no obstante,subraya que otros perfiles que habitualmente gozaban de mayor estabilidad laboral, como los empleos de cartera (trabajadores con alta educación y condiciones beneficiosas, pero altos niveles de intensidad) y los estándar (el de empleados con elevada educación, trabajo estable y beneficios sociolaborales) también empiezan a sufrir en su salud los efectos de las condiciones laborales adversas.

Como consecuencia, el análisis destaca que a mayor nivel de precariedad laboral, aumenta el empeoramiento de la salud mental, llegando a triplicar la incidencia respecto a los grupos que no resultan tan afectados por esta adversidad en sus empleos. Este aspecto, y la precariedad en general, afecta más a mujeres que a hombres.

El informe desglosa los aspectos que determinan la precariedad en el empleo y los resume en la temporalidad del trabajo, el poder de decidir sobre las condiciones laborales, la vulnerabilidad de los profesionales, el sueldo y la incapacidad de los trabajadores para ejercer sus derechos legales