CRÓNICA

Marianne Faithfull, la leyenda

La intérprete británica exhibió carisma y profundidad

Marianne Faithfull, durante su actuación en el Primavera Sound.

Marianne Faithfull, durante su actuación en el Primavera Sound.

J. B.
BARCELONA

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Sin seguramente pretenderlo, Marianne Faithfull ofreció, en el Auditori del Fòrum, un recital muy afín al imaginario alternativo del festival. Sonido volcado hacia dentro, con hondura, y un repertorio con guiños a Nick Cave, Bob Dylan y Leonard Cohen que, en su tramo final, no pasó por alto los hitos de toda una vida: As tears go by, The ballad of Lucy Jordan y Broken English.

Faithfull apareció carraspeando pero su voz fue cobrando forma, aspereza y profundidad en un repertorio con citas al reciente Horses and high heels, como la sinuosa The stations. Hubo guiños indie en The crane wife 3, de The Decemberists, y en el conmovedor Crazy love que compuso con Cave. La británica aclaró que la taza de la que iba bebiendo sorbos contenía «té, no alcohol» y, puestos a alinearse con alguna causa, eligió Amnistía Internacional con su adaptación de Baby let me follow you down, de Dylan, incluida en el disco de 50º aniversario de la institución.

En Broken English planteó un nuevo arreglo menos maquinal que en la versión discográfica, con un crescendo dramático y un peligroso saxo que acabó bien integrado. Faithfull acabó anunciando que Tower of song, de Cohen, resume su «filosofía de vida». Confesionario abierto.