Santamaría insiste en negar cualquier responsabilidad en la marcha de Torres-Dulce

La vicepresidenta rechaza que la credibilidad del Gobierno se haya resentido por la dimisión del fiscal general del Estado

EL PERIÓDICO / MADRID

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Ante la multitud de voces dentro de distintos ámbitos de la judicatura que señalan que la renuncia de Eduardo Torres-Dulce ha tenido mucho que ver con sus desencuentros con el Ejecutivo, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha negado este viernes cualquier responsabilidad en su salida. Como hiciera el día anterior el presidente, Mariano Rajoy, la número dos ha insistido en que la dimisión de Torres-Dulce, que será sustituido por Consuelo Madrigal, obedece a “motivos personales” algo que él mismo dijo en el comunicado donde anunció su decisión.

Aun así, las tensiones con el Ejecutivo han sido constantes en los últimos tiempos por asuntos como el sucedáneo de consulta soberanista en Catalunya, los acciones dirigidas contra la trama Gürtel y el proceso abierto por los llamados papeles de Bárcenas.

LA "AUTONOMÍA"

“El fiscal general ha tomado esta decisión por motivos personales. La decisión se toma en el ejercicio de la autonomía de la fiscalía. Queremos agradecerle su labor. Hoy se propone una nueva candidata. Lo más importante: en España tenemos una fiscalía que es una institución solvente, que actúa con autonomía y la máxima profesionalidad”, ha dicho Santamaría, quien también ha rechazado que la credibilidad del Gobierno se haya resentido por la dimisión de Torres-Dulce y las quejas de 13 magistrados del Tribunal Supremo que en un escrito difundido el pasado jueves pidieron a Rajoy que “ponga coto” a declaraciones como las del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en las que abominaba de las excarcelaciones a etarras. La vicepresidenta, por último, ha desestimado un posible cambio en el sistema de elección del fiscal general del Estado para que este cargo pueda gozar de una mayor independencia.