EL ÓRDAGO INDEPENDENTISTA

Puigdemont diseña un Govern a la medida de Junqueras cara al 1-O

Jordi Turull, Joaquim Forn, Clara Ponsatí y Víctor Cullell

Jordi Turull, Joaquim Forn, Clara Ponsatí y Víctor Cullell / periodico

XABI BARRENA / BARCELONA

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El 11 de enero de 2016, Carles Puigdemont llegó a un Govern ya compuesto por dos 'padres'. El 58% de los ‘consellers’ habían sido elegidos por Artur Mas, que tenía que ser el ‘president y solo la CUP lo impidió. El 42% restante, por Oriol Junqueras. Junto con el cargo, Puigdemont hizo suyo el compromiso de cerrar el 'procés'. Primero mediante la declaración de independencia que sugería el programa electoral de Junts pel Sí y, después, en la moción de confianza, con un referéndum, sabedor de que el 27-S el voto independentista había sumado un impresionante, pero insuficiente, 48% de los votos.

Transcurridos 18 meses, los que debían mediar hasta la independencia, Puigdemont ha decidido, en aras a cumplir su compromiso de cerrar el procés, retocar el Govern a su antojo. A constituir el ‘Govern Puigdemont’ y no solo liderar el ‘Govern Mas’.

¿Qué criterio ha seguido para la formación de ese Govern? Satisfacer las demandas del encargado de llevar a cabo el referéndum, es decir, de Oriol Junqueras. El republicano puso como condición para liderar la cuestión tener las manos libres y contar con un Ejecutivo de gente “con aguante”. Y eso ha hecho Puigdemont. ¿Por qué? Según el ojo de cada uno puede ser porque cree que esa es la vía para llegar efectivamente a la votación del 1-O o bien para cortar de raíz cualquier tipo de excusas de Junqueras en caso de que el referéndum no se celebre o bien sea un fiasco.

PACTO, DIMISIÓN O ELECCIONES

Según fuentes conocedoras de las conversaciones mantenidas en los últimos días, en cierto momento de tensión Puigdemont advirtió que si no había acuerdo no le quedaría otra alternativa que dimitir o convocar elecciones. La remodelación ha tenido dos fases. Una, impulsiva, con el cese fulminante de Jordi Baiget por dudar de la celebración del 1-O. Puigdemont obvió, incluso, al partido que se enteró, como quien dice, por la prensa.

La otra, finiquitada este viernes, que ha acabado con la trayectoria en el Govern de la responsable de la apertura de los centros educativos el 1-O, Meritxell Ruiz; del jefe político de los Mossos d’Esquadra, claves en el 1-O, Jordi Jané, y de la consejera de Presidència , y portavoz, Neus Munté. Esta última, por cierto, es vicepresidenta del PDECat, algo que de poco le ha valido tomando en cuenta que, esta vez sí, como se ha encargado de subrayar la coordinadora del PDECat, Marta Pascal, Puigdemont consultó con el partido los cambios a hacer.

Todos ellos, también el secretario del Govern, Joan Vidal de Ciurana, han dado “un paso al lado”, ha explicado el ‘president’ (que ha añadido que él "no había cesado a nadie") aunque sin explicar muy claramente las causas, porque también ha aseverado que el compromiso de todos con el 1-O era y es vigente.

ERC SALE INDEMNE

¿Y ERC? Solo con apuntar que Junqueras ha afirmado que “el PDECat ha sido, es y será imprescindible para Catalunya” da idea del grado de triunfo republicano en la remodelación. El mensaje que subyace es que a los ‘consellers’ republicanos no se les aflojan las piernas ante las amenazas del Estado de embargar sus patrimonios. La respuesta de Puigdemont a eso fue señalar que él era ‘president’ de un Govern de Junts pel Sí. Sin más.

Los sustitutos gozan de pedigrí independentista. En Interior, Joaquim Forn, el único superviviente de lo que un día se conoció como el ‘pinyol’ y que agrupaba a los entonces jóvenes independentistas de CDC, cuando la secesión era algo extraño y ajeno a la cúpula del partido. En Presidència, y portavoz, el látigo parlamentario y cerebro, junto con Marta Rovira, de las maniobras parlamentarias de Junts pel Sí, Jordi Turull. Y en Ensenyament, Clara Ponsatí, quien ya ha sufrido en sus carnes las represalias del Estado por su adscripción al independentismo.

Víctor Cullell será el nuevo secretario del Govern y, como tal, junto con el secretario general de Vicepresidència, Josep Maria Jové, y la dupla Puigdemont-Junqueras formarán el órgano de coordinación del 1-O. El primer sanedrín interno que se crea, sin menoscabo del asesoramiento externo que busquen el ‘president’ y el vicepresidente.

“En Madrid puede haber ahora mismo mucho ‘jejejiji’ con la remodelación” apunta una voz del Ejecutivo catalán, “pero cuando el polvo escampe verán que, ahora, hay un 14 tipos que no se amedrentan con sus amenazas”. Puigdemont ya tiene su alineación. Y visto el uno por uno, no se prevén florituras.