El lendakari marca el 31 de diciembre como límite para que Rajoy acepte sus demandas

Urkullu reclamó ayer al presidente del Gobierno el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika

Mariano Rajoy e Iñigo Urkullu, en la Moncloa en enero del 2013.

Mariano Rajoy e Iñigo Urkullu, en la Moncloa en enero del 2013. / periodico

AITOR UBARRETXENA / SAN SEBASTIÁN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Gobierno vasco ha transmitido al Ejecutivo central que sus demandas para avanzar en el "cumplimiento íntegro" del Estatuto de Autonomía de Euskadi tienen como "fecha límite" el 31 de diciembre, ya que los compromisos que se adopten deberían tener su reflejo en los Presupuestos Generales del Estado para el 2015. Tras la reunión mantenida este lunes en la Moncloa entre el lendakari Iñigo Urkullu y el presidente Mariano Rajoy, el dirigente vasco ha admitido que "esperaba algo más" de su anfitrión, al tiempo que ha lamentado la falta de avances en cuestiones como el desarrollo autonómico, la consolidación de la paz y la recuperación económica. En un intento de mantener abierta la senda del diálogo, su gabinete no ha querido concretar cuál sería la respuesta desde Euskadi si Madrid sigue sin trasferir, pasado ese plazo, las competencias demandadas.

La cita entre Urkullu y Rajoy, que no había sido anunciada previamente, fue la cuarta mantenida entre ambos mandatarios en lo que va de legislatura, aunque confirmó que las relaciones entre ambos gobiernos siguen siendo complicadas. En pleno debate soberanista en Catalunya, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, ha explicado este martes que la situación en Escocia y en Catalunya únicamente fue abordada "en los momentos preliminares", pero que no ocupó el núcleo del encuentro.

En todo caso, Erkoreta ha asegurado que Rajoy se ha "comprometido" a responder a las propuestas del lendakari. En tres horas de reunión, Urkullu desgranó las demandas recogidas en el escrito que le remitió el pasado 18 de julio, en el que se incluía la petición de mantener una reunión. Desde entonces, el PNV ha protestado reiteradamente al sentirse "ninguneado" por el PP, hasta conseguir que Rajoy accediera a la entrevista.

El Gobierno vasco ha desvelado que en el inicio de la reunión se abordaron las cuestiones de carácter económico y presupuestario, como la necesidad de resolver las discrepancias sobre el cupo (cifradas en varios cientos de millones de euros) o las inversiones necesarias para seguir adelante con la construcción de la red ferroviaria de alta velocidad en Euskadi. De igual forma, Urkullu reclamó que el Ministerio de Fomento devuelva al aeropuerto de Vitoria el horario operativo de 24 horas.

Desde Euskadi también se trasladó a Rajoy una petición expresa para favorecer el final de la violencia. El lendakari considera necesario un desarme "definitivo" y constatable de ETA, pero también un cambio de la política penitenciaria que pasaría por la aplicación de la legislación "ordinaria" a los reclusos de la banda.

INCUMPLIMIENTO ESTATUTARIO

Uno de los principales puntos de fricción fue la situación de "bloqueo" en la que se encuentra el autogobierno vasco, según el punto de vista del PNV. Urkullu defendió un acuerdo para "avanzar en el cumplimiento integral" del Estatuto y propuso comenzar por la transferencia de las competencias ya acordadas con el anterior Ejecutivo del PSOE: las autopistas, los ferrocarriles pendientes de transferir y el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa). Sin embargo, el abrupto final de la legislatura socialista y la gestión de Rajoy, centrado en la crisis, han paralizado aquel proceso completamente.

Entre las competencias que el Gobierno vasco reclama destacan dos especialmente complejas: la gestión de la Seguridad Social y Prisiones. Junto a ellas, el Ejecutivo peneuvista también sitúa en el capítulo de "pendientes" varias materias de Educación y Cultura, Mercado e Infraestructuras.

En su comparecencia ante la prensa, Erkoreka no ha querido elucubrar con la postura que adoptaría el Gobierno vasco si el Ejecutivo de Madrid evidencia que no desea "cumplir" el Estatuto, aunque ha admitido que sería "algo grave". Sin embargo, en línea con la estrategia dialogante y flexible que está marcando Urkullu, el portavoz de su Ejecutivo se ha negado a "adelantar hipótesis que no tienen por qué producirse".