Junts pel Sí soslaya la corrupción y carga contra el 'no' a la secesión

Imagen del gentío más próximo al escenario donde transcurrió el acto de Junts pel Sí, en el paseo de Lluís Companys, ayer en Barcelona.

Imagen del gentío más próximo al escenario donde transcurrió el acto de Junts pel Sí, en el paseo de Lluís Companys, ayer en Barcelona.

FIDEL MASREAL
BARCELONA

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El primer gran mítin de Junts pel Sí fue un éxito de público y logró mantener intacto el manual de campaña, basado en no salirse del guión, de la dicotomía independencia sí o no y de un mensaje muy genérico en todo lo referido a las políticas sociales. Y todo ello fue así por mucho que la precampaña esté generando debates de todo tipo y que ayer la sede de CDC y de su fundación fueran objeto de un registro de la Guardia Civil en el marco de la investigación de un presunto caso de corrupción. Nada apartó a la candidatura de su plan.

Miles de personas se agruparon en la llamada fiesta de los candidatos, en la que la propuesta de CDC, ERC y las entidades soberanistas exhibió músculo y pluralidad de voces y tonos. El objetivo numérico es el de reunir a 100.000 voluntarios que se inscriben como «candidatos» simbólicos, más allá de los 135 que configuran la lista y que ayer compartieron escenario, casi todos ellos.

Los mensajes de los discursos siguieron una única pauta y ni Artur Mas, ni Oriol Junqueras, líderes de las dos principales fuerzas políticas que nutren la candidatura, mostraron aristas. El mensaje es el que resumió previamente la aclamada expresidenta de la ANCCarme Forcadell: «O estas con el sí, con el futuro y con Catalunya, o estás con el pasado, con el PP y Rajoy, no hay término medio».

Se esperaba especialmente el discurso de Mas, en el día que el partido que preside estaba de nuevo bajo el foco de una investigación sobre presunta financiación ilegal. No dijo ni una palabra. Sí mencionó que, a su juicio, el Estado ha contestado con «silencio, menosprecio, amenazas, estrategia del miedo, juego sucio o querellas» cada vez que se «tendía lamano» desde el catalanismo.

Recordando al expresidente José María Aznar (cuya figura también forma parte del argumentario para definir en qué consiste el no), afirmó que «dijeron que antes se romperá Catalunya que España y nuestra respuesta es la de Junts pel Sí, Catalunya no se rompe, ni se romperá». El mensaje central, con todo, no era ese, sino una apelación directa a un espacio en el que Junts pel Sí quiere incidir especialmente: en el catalanismo no independentista. «Puede haber gente que dude, les quiero advertir que el 27-S se contarán síes y noes y es mejor que se apunten a la lista que cuenta como », concluyó.

La petición de voto del catalanismo federalista también se notó en el discurso final, el del cabeza de lista, Raül Romeva, quien despreció cualquier otra vía para el encaje de Catalunya que pase por ejemplo por una reforma constitucional. «Cuando os hablen de cambios imposibles porque dependen de los que no quieren ningún cambio, decidles que somos la mejor garantía para hacer el único cambio posible», proclamó. Sí hubo una referencia al debate sobre si una Catalunya independiente saldría de la UE. «La puerta de Europa se abrirá cuando tengamos la mayoría que el país necesita», proclamó.

La intervención del líder de Esquerra, Oriol Junqueras, tuvo un tono de autoafirmación. Como otros oradores, apeló genéricamente a cuestiones como la justicia social y el discutido futuro de las pensiones, pero sobre todo apeló a «jurarnos los unos a los otros que aprovecharemos esta oportunidad, que haremos la independencia».

Entre las intervenciones más aplaudidas cabe destacar la que no fue en directo: un vídeo del entrenador del Bayern de MúnichPep Guardiola, que ocupa el último lugar de la lista, animando a hacer un último esfuerzo. «Si esta vez no acaba saliendo, saldrá mañana, la voluntad de un pueblo no la para nadie», aseguró.

El acto tuvo un tono previo festivo y familiar, con espacio de juegos para los niños y tenderetes de comida. Decenas de asistentes hicieron largas colas ante un photocall, en el que se podían hacer fotos con Artur Mas o Oriol Junqueras. Mientras en pantalla se repetían mensajes del cabeza de lista, Raül Romeva. Los dirigentes de CDC se felicitaban de la masiva asistencia a la fiesta y trataban de ironizar respecto a la actuación de ayer de la Guardia Civil en relación a un presunto caso de cobro de comisiones vinculado a su partido. «La fiscalía llena las sedes, la gente llena la calle. ¡No nos pararán!», tuiteaba el dirigente de CDC Jordi Turull para subrayar el éxito de convocatoria.