Un juez acusa a un mosso de usar el catalán para perjudicar a su ex

RAFAEL MORALES / Cambrils

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La juezadeCantabriaAida Barredaha revisado una resolución anterior para quitarle a unmossolacustodiade su hija, de 4 años, y dársela a la madre, que esguardia civil, por entender que "obstaculiza de forma consciente, constante y reiterada las relaciones" de laprogenitoracon su descendiente. La magistrada argumenta que una prueba de que el padre intenta romper estos vínculos es "no enseñarlecastellanohasta que ha acudido al colegio". El fallo sostiene que el mosso ha abusado de la patria potestad al encargar a agentes de la Policía Local que estuvieran presentes en las visitas de la menor a la madre, que vive en Cantabria.

El padre de la menor, J. C., manifestó ayer que "la sentencia es unabarbaridad" y asegura que su hija "habla castellano y catalán desde los 2 años y medio". Insiste en que nunca ha impedido a la niña hablar en castellano y considera que la jueza no tiene en cuenta la situación de la pequeña. "Solo valora la posición de la madre, que podría estar trabajando en el cuartel de la Guardia Civil de Cambrils y, en cambio, está en Cantabria", lamentó.

Lasentencia del juzgado de primera instancia número 11 de Santander modifica una resolución anterior del mismo juzgado, aunque de diferente magistrado, que concedía la guardia custodia al padre, destinado en la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Cambrils.

Convenio de divorcio

La revisión delconveniode divorcio, que se dictó en abril del 2010, establecía para la madre, A. A., un régimen de visitas además de una pensión de 300 euros al mes. La jueza Barreda, ahora, ha concedido la custodia a la madre y un régimen de visitas para el padre, que también tendrá que ingresar unapensiónde 500 euros mensuales para la manutención de la pequeña. Hoy está previsto que la madre recoja a la niña en el domicilio de Cambrils, donde los vecinos han convocado una acción de protesta.

La separación de la pareja, que residía en Cambrils, se produjo a los pocos meses de nacer la niña. En ese momento, la madre decidió trasladarse aSantander, donde vive su familia. La jueza asegura que el padre "y su entorno están ejerciendo, desde hace años, una transformación de laconductade la niña, con objeto dedestruirsusvínculoscon su madre". Esa estrategia incluye, según el texto, desde no enseñarle castellano a la "deformación de la realidad".

El mejor ambiente

La magistrada de Santander asegura que, a su entender, "se causa un mayor perjuicio a una niña de meses y con lactancia materna separándole de su progenitora que de su padre, sus abuelos paternos y la ciudad en la que ha nacido". Especifica, sin embargo, que de las pruebas practicadas se deduce que la menor "está perfectamenteadaptada" y mantiene "una relación adecuada" con su padre y la familia de este. También deja claro que la sentencia trata de decidir el ambiente más favorable para la hija.