LA ENCRUCIJADA DEL SOCIALISMO

Joaquim Nadal: "No ha habido diálogo y eso quiere decir que ha habido ruptura"

El 'exconseller' Joaquim Nadal, durante la presentación de su libro, el pasado enero.

El 'exconseller' Joaquim Nadal, durante la presentación de su libro, el pasado enero. / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Hace más de un año que no hago de presidente, que no soy considerado como tal y que no soy reconocido. No sé nada, apenas se me convoca, no se me consulta nada de nada y tú y yo no hablamos". Es uno de los reproches con los que Joaquim Nadal se despide de la presidencia del PSC en las comarcas de Girona en la carta que el pasado domingo envió al secretario general de la federación, Juli Fernández. En la carta, que publica este jueves 'El Punt Avui', el 'exconseller' señala que su "papel a favor del derecho a decidir" cayó como una "bomba atómica" en el PSC y que fue "bastante bien recibido por todo el mundo menos por el partido". "El presidente era tolerado, pero no aceptado", apunta en su dura y extensa misiva.

Nadal, a cuya renuncia a la ejecutiva de la federación gerundense siguió la de 9 miembros más, también hace autocrítica en su carta al reconocer errores en su gestión. "La ruptura empezó con las mismas negociaciones para la ejecutiva y continuó en todas las situaciones sucesivas que se han ido produciendo", señala. El 'exconseller' reconoce que, pese a que tanto él como Fernández, estaban "convencidos de que se podía mantener una cierta especificidad de las posiciones gerundenses en el espacio socialista" no lo han conseguido y, en cambio, han logrado "desdibujar y diluir el proyecto más y más cada día". En la misiva, Nadal asume también no haber gestionado correctamente las crisis del partido en algunos municipios, como Roses, Sant Feliu de Guíxols, Pals, Figueres, Salt y Girona.

"Y no ha sido una cuestión de más izquierda o de más identidad", subraya el hasta ahora presidente del PSC en un territorio de marcado rechazo a las posiciones que desde la dirección nacional frenan el proceso soberanista. "No hemos perfilado ni una cosa ni la otra sobre todo porque hemos ido profundizando en el error de la dirección nacional de considerarlos temas separados cuando son del todo inseparables", matiza. En su carta expresa también su decepción por no haber podido inclinar el partido hacia sus posiciones a favor de la consulta.

Oficialidad frente a disidencia

El 'exconseller' del tripartito reprocha al primer secretario que, mientras este ha representado "la ortodoxia, la oficialidad, el seguimineto del pensamiento dominante orgánico", Marina Geli, también 'exconsellera' y otra destacada dirigente crítica del partido, ha constituido "la representación simbólica y parcial, claro, de la disidencia". "No ha habido diálogo y eso quiere decir que ha habido ruptura", recalca. Nadal alude a la "ruptura reiterada" que se ha "evidenciado en más de una ocasión" en algunos consejos de la federación que recuerda, dice, "con pena y con tristeza y con un punto de indignación".

El expresidente provincial señala también el enfrentamiento entre distintas posiciones en el PSC de Girona, encarnadas principalmente por el primer secretario y por quien encabezó la candidatura municipal, Pia Bosch.

En el terreno personal, lamenta que, mientras que él, destaca, no ha "alzado nunca la voz para hablar del primer secretario del partido en Girona", este "sí que lo ha hecho para opinar de la deriva del presidente".

"Ignorado" y "engañado"

Nadal dice haberse sentido "simplemente ignorando" alguna veces y "engañado" otras y que todo ello ha ido llenando "el vaso de la paciencia y de la condescendencia".

Al final de la carta se reafirma en que, pese a todo, el PSC es su partido desde 1980 "y lo sigue siendo". "Pero ya no me veo con ánimos ni con ganas de continuar asumiendo responsabilidades orgánicas", sentencia, no sin apuntar que le duele tomar esa decisión. Admite que quizás haya quien piense que, a menos de un mes de las elecciones europeas, no es el momento más adecuado para irse, por las repercusiones que esta nueva herida en el partido pueda tener en las urnas. "Pero la experiencia me dice que nunca es el momento oportuno porque siempre hay una cosa u otra", concluye.