LA ENCRUCIJADA PODEMISTA

Nace el Errejón rotundo

El portavoz de Unidos Podemos se muestra contrario a un proyecto "fusión" con IU

Errejón: "Sorprende que el PSE pueda acordar aquello que el Comité Federal prohibió a Sánchez" / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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Íñigo Errejón llegó este martes a la misma sala de prensa del Congreso desde donde lleva un año tratando de invisibilizar sus discrepancias con Pablo Iglesias y, de pronto, se desmarcó. Dejó ese ejercicio agotador de nadar y guardar la ropa, para advertir que no está dispuesto a fusionar Podemos con IU. "Rotundamente no", dijo, y levantó el pestañeo perplejo de quienes le escuchaban, por primera vez, un discurso de clara diferenciación con el secretario general. El número dos asume que puede mantenerse la coalición electoral (Unidos Podemos), pero advierte de que no está dispuesto a que el partido morado se "disuelva" en una suma de izquierdas.

A su juicio, ambas formaciones deben ser independientes, puesto que no todo el electorado al que aspiran convencer comparte las mismas etiquetas. "Si creo que debemos seguir como polos electorales, rotundamente sí. Si eso debe implicar una disolución o una fusión, la respuesta es rotundamente no", señaló, convencido de que los simpatizantes no están dispuestos a operación semejante. "Nadie me para por la calle para preguntarme si vamos a disolvernos en otra organización, sino cómo vamos a ser útiles", se explicó.

DIFERENCIARSE DEL PABLISMO

Su reflexión es relevante porque constituye una advertencia. Este lunes escuchó atónito al secretario de organización, Pablo Echeniqueanunciar que la fusión irá a debate en el congreso estatalVistalegre II, en invierno del 2017. Esas declaraciones llegaban, por sorpresa, tras la petición explícita del líder de IU, Alberto Garzón, para afrontar la integración "lo antes posible". En 24 horas Errejón salió a dejar claro que se opone a esa idea y que si alguien la propone lo va a encontrar de frente. Y su reacción es significativa, también, porque de algún modo supone el primer paso hacia un distanciamiento que puede ser clave para diferenciarse del pablismo y mostrar a sus afines una identidad definida, para explicarles en qué puntos su proyecto es distinto del de Iglesias.

Errejón cree que la unidad popular es más importante que la unidad de la izquierda, porque la primera permite ser hegemónicos y la segunda les arrincona como movimiento resistencialista incapaz de transformar la realidad.

El debate llega tras movimientos que pueden ser casuales, pero parecen lo contrario. IU ha puesto a la venta su sede en Madrid para intentar saldar su deuda de ocho millones de euros, requisito imprescindible para una fusión orgánica. En septiembre, se registró la marca Unidos Podemos como partido en el Ministerio del Interior. Y además, Garzón ha venido planteando el asunto en público. Si él e Iglesias están hilvanando un acuerdo para legitimarlo en Vistalegre II, a Errejón no le consta

CAMBIO DE RUMBO

El eventual proceso de fusión es fundamental porque no constituye solo un cambio orgánico, la construcción de un nuevo partido que albergue a varias formaciones (fórmula de la IU actual). Implica, sobre todo, un cambio en la dirección y en el rumbo político. Podemos se fundó desdeñando la vieja suma de partidos de izquierdas que apelan a la identidad de la clase obrera, convencidos de que esa era una fórmula fracasada. Apostaron por la hipótesis nacional-popular: resolver las inquietudes de diferentes clases, de quienes han votado opciones distintas y que no se identifican bajo las mismas etiquetas.

El giro hacia la radicalidadla radicalidad imprimido por Iglesias tras el verano parece abandonar esta tesis fundacional para iniciar una mutación del partido que lo acerque más a las protestas en la calle. El líder está convencido de que, al estar en la oposición, parte del trabajo de Podemos en las instituciones es inútil y está determinado a utilizar las movilizaciones sociales como carburante para el partido.