Cónclave en las filas socialistas

Rubalcaba, la experiencia para gestionar la travesía del desierto

Alfredo Pérez Rubalcaba, en el 38º Congreso del PSOE, en Sevilla.

Alfredo Pérez Rubalcaba, en el 38º Congreso del PSOE, en Sevilla. / JLR

ROSA PAZ / Madrid

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Quizá la diferencia sea de partida. Un amplio sector del socialismo español cree que el PSOE está pasando por su peor momento desde que salió de la clandestinidad: derrotado, desanimado, desnortado, desarticulado... y, sobre todo, sin más poder territorial que los de Andalucía y Euskadi. A ello hay que sumar unos grupos parlamentarios enflaquecidos hasta los huesos. Con ese diagnóstico, muchos socialistas piensan que irse desprendiendo del prefijodes y recuperar un partido articulado, orientado, ilusionado y que dé respuesta a los problemas de los ciudadanos no será tarea fácil y ven en"la solidez, la experiencia y la responsabilidad" del flamante nuevo líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, las características de quien tiene que guiarles en la dura travesía por el desierto.

Es cierto que Rubalcaba encarnó el peor batacazo sufrido por el PSOE en 35 años de democracia, pero quienes le apoyan convierten ese hecho en un punto positivo, porque resaltan"el sacrificio" del exvicepresidente al asumir la candidatura electoral a sabiendas de que la derrota era inevitable. A media voz, otros valoran también que su larga trayectoria y el hundimiento electoral del 20-N le convierten en una especie de Moisés, que estará dispuesto a abrasarse en el camino y a ceder el liderazgo una vez que el partido vislumbre la tierra prometida, o lo que es igual, la posibilidad de afrontar con más éxito las elecciones.

La candidatura

Él no se ha pronunciado, pero muchos en el PSOE tenían claro que si Rubalcaba ganaba el congreso, como así ha sido, asumirá la tarea difícil de reconstruir el partido, pero renunciará a ser candidato en el 2015. De ahí, que perciban a su gran aliado, el lendakari Patxi López, como el delfín.

Los partidarios del exvicepresidente han transformado en ventajas lo que desde la candidatura de Chacón se ha criticado como puntos flacos:"la edad, la dilatada trayectoria, la derrota". Lo que unido a virtudes que han enumerado, como la inteligencia, la solvencia o su capacidad dialéctica, le convierten -a juicio de los rubalcabistas- en el líder idóneo para"salvar el partido, dirigir la oposición y dar una alternativa socialdemócrata a millones de españoles que por primera vez le tienen miedo al futuro".