La estrategia de los nacionalistas

Dirigentes de CDC plantean tantear a Esquerra como alternativa al PPC

Oriol Pujol, Jordi Pujol y Artur Mas, en la última reunión de la ejecutiva de Convergència, el pasado lunes.

Oriol Pujol, Jordi Pujol y Artur Mas, en la última reunión de la ejecutiva de Convergència, el pasado lunes.

FIDEL MASREAL
BARCELONA

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Si Mariano Rajoy gana por mayoría absoluta el 20 de noviembre, Artur Mas no seguirá apoyándose en el PP de Catalunya para gobernar. Esta no es una especulación del entorno del president o de dirigentes de CiU más o menos alérgicos al partido de Rajoy y Alicia Sánchez-Camacho. No. Es lo que ha dicho el propio Mas en privado: está decidido a evitar que se repita el escenario político del 2000. El entonces president Jordi Pujol decidió no aceptar la oferta de gobernabilidad de la ERC de Josep Lluís Carod-Rovira. Prefirió seguir dependiendo del PPC de Alberto Fernández Díaz, mientras en Madrid Aznar gozaba de mayoría absoluta. Tras esa polémica decisión, CiU perdió la Generalitat después de 23 años de gobiernos ininterrumpidos.

«Aún no sé que plantea», contestó Pujol a Carod-Rovira en un tono de evidente desprecio el 4 de octubre del 2000 cuando el secretario general de ERC le formuló solemnemente una oferta de pacto programático y de gobierno en el Parlament. Carod no lo había puesto fácil, porque previamente a la mano tendida había lanzado duros reproches a la gestión del Govern. Tras el desplante de Pujol, el líder republicano, cuyo orgullo personal es de sobras conocido, replicó también con un portazo: «Esquerra le ha hecho una propuesta seria y usted no se la ha tomado en serio. Después no nos venga a llamar a la puerta para salvar la legislatura». Ahí se quebró un puente que, 11 años después, miembros de CDC de mucho peso quieren empezar a rehacer. Y a cruzar.

EL PRESUPUESTO / Mas no ha desvelado cuál será la alternativa al PPC si se consuma una mayoría absoluta de Rajoy que, día sí y día también, Josep Antoni Duran Lleida da por hecha. Pero lo cierto es que destacadísimos dirigentes de CDC con una notable capacidad de influencia interna ya han planteado en el seno del partido la necesidad de mirar hacia el lado opuesto al PP: ERC. Argumentan que Convergència debe estar muy atenta a los cambios en el timón de mando de la histórica formación republicana. Y creen que es perfectamente posible incluso pactar los presupuestos del 2012 con los republicanos. «Hay tiempo», argumentan. Y en todo caso, el presupuesto de la Generalitat para el año próximo puede quedar en stand by a la espera de la cuestión esencial: el resultado de las elecciones generales.

«No tenemos ningún socio estable», insisten una y otra vez los dirigentes de CiU al pronunciarse sobre el pacto firmado con el PPC para los presupuestos de este año, un acuerdo que abría la puerta a mantener la colaboración de cara a las cuentas para el próximo ejercicio.

EL FACTOR HUMANO / Los partidarios de ir preparando el terreno para virar hacia ERC argumentan, en lo inmediato, que la beligerancia del PPC contra la inmersión lingüística ha generado una notable incomodidad entre los convergentes. Y añaden algo que en política siempre forma parte de las decisiones: el factor humano. Oriol Junqueras, el futuro líder de ERC, acredita un perfil biográfico notablemente diferente al de los actuales líderes republicanos, responsables de haber forjado los acuerdos con el PSC e ICV en forma de Govern tripartito. Joan Puigcercós inició su carrera política en el independentismo vinculado a la izquierda revolucionaria. En cambio, Junqueras militó en la FNEC, el sindicato de estudiantes por el que han pasado convergentes como David Madí y Ramon Tremosa. Este último, eurodiputado de CiU, ha prologado un libro biográfico de Junqueras describiéndolo como una persona honesta y no sectaria, algo necesario para la actual izquierda catalana, en opinión de Tremosa.

Mas es perfectamente conocedor de estas reflexiones del ala más soberanista de su partido respecto a ERC. Y de momento guarda silencio. Otros en CDC opinan que al primer partido al que debe telefonear Mas el 21 de noviembre si se consuma la victoria del PP es al de los socialistas catalanes. «El PSC puede ser un buen interlocutor, Iceta tiene la cabeza bien amueblada», comentan estas voces. No en vano, Mas obtuvo la investidura tras un pacto con los socialistas catalanes. Y cuando ganó las elecciones autonómicas del 2003, el primer partido al que acudió para tratar de forjar una mayoría fue el PSC. Eso sí, y volviendo al presente, los socialistas catalanes no dilucidarán hasta diciembre su liderazgo. Y eso complica la eventual negociación presupuestaria de Mas con el principal partido de la oposición.

A todo ello hay que añadir al socio de Convergència, Unió Democràtica. Su líder, Duran Lleida, nunca ha escondido su rechazo frontal a cualquier pacto de establidad con los republicanos. Pero también es cierto que sus últimos discursos en Madrid, a vueltas con la reforma constitucional, los podría haber firmado, en buena parte, Esquerra Republicana.