CDC, resistir es vencer

El portavoz de Democràcia i Llibertat en el Congreso, Francesc Homs.

El portavoz de Democràcia i Llibertat en el Congreso, Francesc Homs.

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Resistir es vencer. Esta es la premisa de Convergència cara a las elecciones generales del 26-J. Una cita que pilla al partido de Artur Mas y Carles Puigdemont con el pie cambiado. No en vano se podría producir la paradoja de que el 21 de mayo las bases convergentes apuesten, en la consulta interna, por cerrar las puertas de CDC y abrir un nuevo partido, pero pocas semanas después concurrir de nuevo a unos comicios bajo la estructura de la Convergència de siempre.

Es decir, que la formación soberanista deberá concurrir a las urnas sin tener perfilada su renovación o refundación total. De entrada, el cabeza de lista y aspirante a volverlo a ser, Francesc Homs, ha aprovechado para poner las bases de la campaña y del partido cara al futuro: viraje soberanista suave, recuperando la apuesta por el referéndum, por un lado; y apuesta nítidamente centrista y contraria al espacio de la nueva izquierda de Ada Colau y En Comú Podem, por otro.

De puertas afuera, CDC afronta también el nuevo portazo que le ha dado su socio de Govern, ERC, a la oferta de una candidatura conjunta. Y está por definir si se repite el acuerdo con el partido Demòcrates de CatalunyaDemòcrates de Catalunya, la escisión independentista de Unió. Así las cosas, y en un contexto de dificultad según encuestas internas del partido, Convergència y Homs probablemente tratarán de afianzar su espacio básico, pactista y posibilista, marcando distancias con el independentismo más combativo y rupturista de ERC. Lo harán con una indisimulada apuesta por influir en el Estado, bajo la idea (ya trazada en la campaña del 20-D) de que en el "mientras tanto" no llega la independencia cabe defender los intereses catalanes en Madrid.

ALTERNATIVA A EN COMÚ PODEM

Durante los meses previos a la repetición de elecciones, Homs se dejó querer en Madrid y apostó por una abstenciónabstención si se forjaba una apuesta de investidura del PSOE con las fuerzas de izquierdas. Una posición de influencia que de nuevo tratará de esgrimir.

La otra gran idea fuerza convergente será de presentarse como una alternativa clara y nítida al espacio de En Comú Podem, vencedora del 20-D. Lo hará criticando el populismo y la cultura del subsidio, situándose en la defensa de las clases medias, la creación de riqueza y los emprendedores. En definitiva una cierta vuelta a las posiciones de la CDC de siempre, sin dejar de enarbolar la bandera independentista.

Los más esperanzados en el partido confían en un resultado mejor que el grave batacazo del 20-D, y argumentan que ahora no existe la incertidumbre sobre la investidura catalana, sino un Govern que trabaja en la hoja de ruta y en el que pueden fijarse para presentar batalla. Eso sí, marcando distancias incluso con su socio republicano.