DEBATE EN la assemblea nacional de catalunya

La ANC intenta matizar su apoyo a la lista unitaria que propone Mas

La presidenta de la Assemblea, Carme Forcadell.

La presidenta de la Assemblea, Carme Forcadell.

FIDEL MASREAL / Barcelona

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La Assemblea Nacional Catalana trata de desdibujar la imagen de que tras el 9-N y la conferencia del president Mas, se ha situado al lado del líder de CiU frente a las tesis del líder republicano Oriol Junqueras. «¡La candidatura unitaria  de la que habla la declaración de Cornellà de la ANC no es la lista de Mas!» subrayó ayer el vicepresidente de la ANC,Jaume Marfany, si bien en dicha declaración de Cornellà se afirmaba con claridad: «Consideramos que la propuesta hecha por el president de la Generalitat el pasado día 25 representa un salto adelante en el proceso de constitución del nuevo Estado catalán. Es un buen punto de partida para hacer posible una amplia unidad política y social».

La ANC alega que la candidatura transversal es una vieja propuesta propia, antes de que Mas la ofreciera. Con todo, la declaración de Cornellà llegó tras decenas de reuniones territoriales y de plataformas sectoriales en las que se expresaron múltiples puntos de vista. Por eso, su líder, Carme Forcadell, asumió que en la ANC existen  «diversos puntos de vista. Militantes de diversos partidos y también muchos que no son de ningún partido».

DEBATE / En declaraciones a Catalunya Ràdio, consciente de la polémica, Forcadell optó por dejar abierta la puerta a cambiar de criterio: «Si los partidos se ponen de acuerdo en una propuesta diferente a la nuestra, no romperemos esta unidad, la aceptaremos. Estamos abiertos a cualquier otro planteamiento por el bien de la unidad». Una manera de aceptar implícitamente la opción de ERC: listas separadas compartiendo un punto programático.

La ANC sí ha puesto el foco en la necesidad de que se celebren elecciones de forma inmediata. En cualquier caso, antes de las municipales. Forcadell exigió el 19 de octubre que las urnas se colocasen en tres meses. Fue en el acto de fuerza de la ANC en la plaza de Catalunya de Barcelona en el momento de tensión previa al 9-N. Sin embargo, ese plazo ya es difícil que se cumpla.

En el fondo de esta situación subyacen dos tensiones. La primera, la propia de una organización con más de 500 asambleas territoriales y en la que conviven sensibilidades ideológicas muy distintas. Los pasos dados por la ANC han sido fruto de debates intensos, con el correspondiente desgaste. Asumieron una pregunta no binaria en el referéndum, vieron como en las elecciones europeas no se forjaba una única candidatura soberanista, y aceptaron que el 9-N se transformase en un proceso de participación.

NEGOCIACIONES DISCRETAS / Ahora la ANC quiere seguir jugando un papel político. Como recordó ayer Marfany una vez más, en la organización cunde la sensación de que «más de uno querría que la ANC abandonara su posición de actor político en todo este proceso (...) y dejara que la política la hicieran los políticos». Algo que por el momento no sucede, dado que la asociación sigue en la arena política, moviéndose en un equilibrio de riesgo. Pero todavía con capacidad de sentar en una misma mesa a los representantes de Convergència y ERC y buscar juntos una solución. De forma discreta. Para ello la ANC necesita seguir siendo vista como un actor neutral, algo que en Cornellà los más cercanos a Esquerra vieron truncado. Y ahora se está redibujando.