Alfred Bosch será el candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona

Alfred Bosch será el candidato de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) a la alcaldía de Barcelona. Así lo han decidido los militantes del partido, que le han dado la victoria sobre Oriol Amorós por poco más de 100 votos de diferencia. Concretamente, el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Alfred Bosch, ha obtenido 654 votos (55%) por los 532 (44,7%) del diputado en el Parlament Oriol Amorós, sobre un censo de unos 2.500 militantes, simpatizantes y 'amigos' del partido.

Bosch se ha impuesto en 7 de los 11 'casales' de ERC habilitados como puntos de votación --Sants, Les Corts, Sarrià, Gràcia, Nou Barris, Sant Andreu y Poblenou--, mientras que Amorós ha ganado en 3 --Ciutat Vella, Eixample y Clot-- y en uno --Horta-- ha habido un empate.

Una sola candidatura

Bosch ha destacado que ha sido una "victoria clara" que administrará con humildad y modestia y, aunque ha dicho que habrá tiempo para hablar del futuro, se ha comprometido a fusionar los dos equipos de campaña para hacer una sola candidatura fuerte. Ha asegurado que su candidatura será la "alternativa" a la del actual alcade de Barcelona, Xavier Trias (CiU).

Amorós también ha reconocido la victoria de su rival, se ha puesto a disposición del partido y no ha aclarado si irá de número dos en la candidatura de Bosch. "Hemos tenido una breve conversación. Entre dos amigos. Tendremos conversaciones serias más adelante", ha declarado. "Ganaremos las próximas municipales y ayudaremos a los barceloneses que más sufren. Nos dejaremos la piel en ello. Hoy somos uno. Trabajamos para lo mismo", ha sentenciado Amorós, que ha calificado las primarias de ejemplares.

Bosch ha coincidido con Amorós en la limpieza de todo el proceso y ha anunciado que sus prioridades serán la educación, el paro y trabajar a favor de la independencia de Catalunya.

La Federación de Barcelona de ERC celebra este sábado su congreso número 48, en el que interviene el presidente del partido, Oriol Junqueras, y que servirá para ratificar a Bosch como candidato republicano a la alcaldía de la capital catalana.

Bosch ya adelantó que no dejará su acta en el Congreso de forma inmediata ya que, según argumenta, quiere cumplir el compromiso que adquirió con los ciudadanos; con toda probabilidad la dejará a las puertas del verano de 2015, cuando ya sólo quedaran unos meses para que acabe la legislatura en la Cámara Baja.

Opciones de vencer

Tal y como se esperaba, el escrutinio de estas primarias ha sido ajustado. Ya se vio en la presentación de los avales necesarios para presentarse a las primarias. EL 25 de junio, Bosch aportó 371 apoyos válidos por los 311 del diputado en el Parlament. La suma de las papeletas dio como resultado que más del 75% de la militancia del partido en Barcelona había participado en el proceso. 

El ganador se encuentra ahora con un paisaje nunca visto, en los últimos 35 años, por ningún candidato de ERC: la posibilidad de pelear con opciones de vencer por la alcaldía de Barcelona. De momento, el pasado 25 de mayo, en las elecciones europeas, los republicanos fueron la fuerza más votada, por delante de CiU. Si bien cabe la precaución, se trata al fin y al cabo de dos tipos de comicios bien distintos, también puede añadirse al haber del candidato de ERC que el actual alcalde, Xavier Trias, ha sufrido, con el asunto de la desocupación de Can Vies, más desgaste desde el día de esas elecciones que en los tres años precedentes de mandato.

A diferencia de otras elecciones primarias, caben pocas lecturas de los resultados en clave interna de partido. El escollo que Oriol Junqueras debía superar, el que podría haber abierto una fisura en su liderazgo, era la concurrencia del líder del grupo municipal, Jordi Portabella. Los 16 años al frente de la delegación (más o menos numerosa) de los republicanos en el Ayuntamiento de Barcelona, que hubieran sido 20 de haber vencido, eran una piedra en el camino de la renovación emprendida por el indiscutido líder de Esquerra. Sin Portabella en la liza, la victoria de Bosch no supone ningún espaldarazo o toque de atención.