CONFERENCIA DEL CANDIDATO NACIONALISTA EN EL CERCLE FINANCER

Mas se propone reducir el paro a la mitad en la próxima legislatura

Mas pronuncia una conferencia sobre economía, ayer en el Cercle Financer de La Caixa.

Mas pronuncia una conferencia sobre economía, ayer en el Cercle Financer de La Caixa.

TONI SUST
BARCELONA

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Artur Mas eligió ayer un mensaje claro para la primera intervención que hizo con la legislatura ya finiquitada por elpresident, José Montilla. El líder y candidato de CiU pronunció una conferencia tituladaLevantar la economía catalana, la primera prioridad. Se centró en el tema para hablar de crisis, de cómo combatirla, para anunciar dificultad y sufrimiento, esfuerzo y tenacidad. Y quiso concretar: «Prefiero fijar un objetivo». Aseguró que si logra ser presidente de la Generalitat se propone reducir el paro que sufre Catalunya, cerca del 18%, a la mitad. Y quiere hacerlo en la próxima legislatura, es decir, pretende conseguir que el desempleo esté por debajo del 10% en el 2014. Aunque precisó que es posible que en cuatro años no se logre la mejora deseada, añadió una condición al reto: «Como mínimo hay que bajar el paro a la mitad sin acumular más déficit y con un crecimiento sano». Y lo explicó: «Mejor un crecimiento sostenido y sano que un poco histérico, el que hemos tenido en los últimos años».

Mas anunció su propósito ante un auditorio más que favorable, proveniente del sector de las finanzas. Solo en dos ocasiones anteriores el Cercle Financer de La Caixa, sede del acto, reunió a tanta o más gente (cuando intervinieron José María Aznar y el ejecutivo José Ignacio López de Arriortúa) tuvo tantas peticiones de asistencia. Acudieron unas 1.200 personas, redistribuidas en varias salas porque no cupieron en el auditorio. Antes de la conferencia, llamaba la atención la presencia de primeras espadas del sector económico haciendo cola en la calle. A ojos de cualquiera que los contemplara, se diría que ninguno duda de que Mas será el próximopresident. Dentro, quedó clarísimo.

PRUDENCIA / No solo porque el periodista Luis del Olmo se levantó para dirigirse a Mas como nuevo presidente de la Generalitat. Tampoco porque el directivo de La Caixa José Juan Pintó dedicó 11 minutos a una intervención ditirámbica en la que llegó a decirle al líder convergente que ni él (ni el propio candidato) se daba cuenta de lo importante que llegaba a ser lo que había explicado.

Mas quiso frenar a sus entusiastas oyentes. Nada está hecho, insistió. Solo es «un aspirante». Media hora antes había hablado de sus opciones de gobernar. Había pedido, como suele en los últimos tiempos, una mayoría amplia que le permita gobernar sin pactos o por lo menos obligado tan solo a recurrir a alianzas esporádicas para salvar votaciones peliagudas en el Parlament.

Aunque no hizo del ataque al tripartito el eje de su charla, dedicó algunos minutos a sus adversarios y descalificó al Ejecutivo de José Montilla, del que dijo que no es serio. A una pregunta de Del Olmo, garantizó, en un dardo a Joan Boada, que un alto cargo de su Govern no se manifestará teniendo responsabilidad en orden público y anunció mano dura con los antisistema: «No dejaremos pasar ni una. No nos temblarán las piernas para que la policía actúe con el fin de que se restablezcan el orden y la libertad de la gente».

Habló, poco, de la relación de Catalunya con España y lo hizo a gusto del auditorio: pidió que se replantee el vínculo pero no lo apostó todo a la vía del secesionismo.