AMENAZA TERRORISTA EN ÁFRICA

El polvorín del Sahel

BEATRIZ MESA / Ouagadougou / Enviada especial

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Como una plaga dañina, la organización terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) extiende sus tentáculos por África y va consolidando células y grupos de apoyo en los países del Sahel, donde el yihadismo ha encontrado un terreno propicio para la predicación y el reclutamiento. El secuestro de los tres cooperantes catalanes Alicia Gámez, Albert Vilalta y Roque Pascual ha hecho que las autoridades y los medios españoles conozcan de primera mano hasta qué punto el polvorín del Sahel, una vasta extensión desértica donde ya campaban a sus anchas el contrabando de armas y el tráfico de drogas y de seres humanos, se ha convertido en refugio oficial de las huestes magrebís de Osama bin Laden.

Los terroristas son cada vez más activos y están bien conectados entre sí y con el exterior. Por su parte, los países de la región, y en especial Malí, el más afectado, reclaman un encuentro multilateral que siente las bases de una cooperación militar y económica cara a estabilizar el área, algo que está más cerca de una quimera que de la realidad.

Quienes conocen de cerca la actividad de los terroristas de AQMI en la zona temen que el Sahel se convierta en breve en un escenario parecido a Afganistán o Pakistán. Es el caso de Mustafa Chafi, el mauritano que ha actuado como mediador en el secuestro de los cooperantes catalanes.«Mauritania comete un error al tratar de combatir el terrorismo con ofensivas militares en alianza con países occidentales -asegura-.Eso desencadenará un nuevo Pakistán».

Es una opinión que comparten expertos mauritanos en lucha contra el terrorismo, que apuntan además que la posición del Gobierno de Nuakchot tendría cierta coherencia«si no fuera porque el Ejército mauritano sufre un atraso crónico y está poco preparado para enfrentarse a los terroristas»,mucho más avanzados, aseguran, en logística, dispositivo y armamento. Al Qaeda, dicen, ha infiltrado a más miembros en el Ejército que a la inversa. Y no solo eso. Según denuncian fuentes próximas al Ejecutivo de Burkina Faso, la corrupción en las fuerzas armadas mauritanas hace que se vendan armas y munición a terroristas como Mojtar Belmojtar (el responsable del secuestro de los tres voluntarios de Barcelona Acció Solidària) y Abu Zeid, los dirigentes islamistas más destacados que operan en el Sahel.

El próximo desembarco de tropas estadounidenses en Mauritania para instruir a efectivos locales en la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo es temido por algunas autoridades de Burkina Faso y Malí como un factor de deses-

tabilización que elevará la tensión y puede conducir a la región a una situación«apocalíptica».Paradójicamente, subraya un experto, el Gobierno mauritano financia las escuelas coránicas «donde se enseñan los principios más fanáticos de la yihad y por donde pasan los seguidores de Bin Laden».

Casi el 70% de los miembros activos de AQMI proceden de Mauritania, señalan las mismas fuentes, aunque los terroristas con mayor rango sean argelinos. Y cada vez son más los jóvenes de Nigeria, Senegal, Guinea-Bissau y otros países subsaharianos que se van sumando al combate yihadista. La plaga terrorista, que se ha infiltrado en todos los países del norte del continente africano, empieza a extenderse hacia el sur.«En Occidente no hay conciencia de lo grave que es la situación»,advierte Chafi.