¿Urge un revulsivo liberal?

El mensaje es telegráfico y algo oportunista pero correcto: La 'vieja política' democrática ha hecho avanzar mucho a Europa desde 1945 y a España desde la Transición pero ahora –con los vicios feos y la crisis– necesita regenerarse para evitar el ascenso de los populismos: Le Pen en Francia, Tsipras en Grecia, Podemos en España... incluso Trump en América.

Rivera predica que Ciudadanos es el revulsivo liberal que regenerará la democracia. Contra Podemos, pero también frente al PP, al que reprocha inmovilismo, exceso de conservadurismo y demasiada colusión con la corrupción. El jueves en los desayunos del EL PERIÓDICIO sentenció: “C's no facilitará un gobierno de Rajoy porque se necesita un presidente al que nadie pueda chantajear y que no coja el teléfono a los delincuentes”. Sabe que formar gobierno exigirá pactar –de ahí su acuerdo con el PSOE tras el 20-D– pero remacha que si la “vieja política” no se regenera, C's sobra: PP y PSOE se bastan para formar gobierno.

También se distancia, aunque con otro énfasis, del PSOE: Pedro Sánchez no ha gobernado nunca y C's no veta al PP, sino a Rajoy. Pero los socialistas arrastran  defectos de la vieja política y defienden sus cargos y su burocracia: “Les tuvimos que sacar una muela para que aceptaran eliminar las diputaciones”.

Rivera se dirige a la clase media y a los 3,5 millones de autónomos (subraya lo de 3,5 millones) que ya no se sienten representados por el inmovilismo de un PP que pudre los problemas, que se justifica diciendo que son “líos” y que lleva en la mochila a Bárcenas, la Gürtel, València, Granados... También busca antiguos votantes socialistas (insiste en que la Sanidad española ha sido modélica hasta los recortes) que saben que para sobrevivir en la globalización se necesita una economía más flexible.

Su gran problema es la credibilidad como gobernante. Es el político mas valorado, el único que aprueba en la mayoría de las encuestas, pero su partido es sólo el cuarto en intención de voto. El cuarto es mucho porque solo hace dos años que irrumpió en la política española con 2 eurodiputados (frente a 16 del PP y 14 del PSOE). Luego en la campaña del 20-D pareció un momento que se comía el mundo pero tuvo un resultado inferior al esperado. Su ventaja es que no ha gobernado nunca y, por tanto, está libre de polvo y paja. Su pasivo, que le falta la prueba del algodón. Para votarle hay que tener algo de fe en un político joven y batallador que acaba de ingresar en el partido liberal europeo (uno de la 'vieja política'), que se sitúa en el centro y que pone como referentes al canadiense Trudeau, a Obama, al italiano renovador Renzi, e incluso a Manuel Valls, el catalán que preside un gobierno socialista francés.

¡Hace falta fe!, pero Rivera la trabaja. Hace 10 años se fotografió desnudo para encabezar Ciutadans, que se fundó en las elecciones catalanas del 2006 como revulsivo a lo que calificaba de excesos del catalanismo. Del Tripartito de Maragall y de la CiU que había hecho subir el techo del Estatut. Sacó tres diputados y muchos le miramos con escepticismo: fenómeno pasajero. Pero, ¡ojo!, repitió en el 2010. Y en el 2012, cuando Mas puso la directa, saltó a nueve escaños. El pasado 27-S, en las plebiscitarias, él ya no se presentó en Catalunya, pero C's sacó nada menos que 25 diputados y su candidata –la entonces muy desconocida Inés Arrimadas– se convirtió en líder de la oposición.

Ahora dice que quiere que Catalunya sea participe activo de la regeneración de España y que resolver el encaje exige un ejecutivo que haga cumplir la ley, pero también “un gobierno con cintura” que quiera y sepa negociar (susurra que salió algo alentado del encuentro con Puigdemont) y esté dispuesto a reformar la Constitución con el máximo consenso. No con consultas de autodeterminación que nunca lo tendrán.

En Catalunya sigue la reticencia. Atacó no solo a ERC, también a CiU y a Maragall. Cierto. Pero el 27-S Arrimadas 'pescó' votos del PSC. Y me sorprendió el jueves una diputada de CDC, de la legislatura anterior a la del 20-D, que me dijo sin ningún reparo: “CDC no se hundirá... pero perderá muchos votos”. ¿Adónde irán? “...La mayoría a C's, no los más nacionalistas... recuerdan a la CiU de antes, cuidan a la clase media moderada”.

Bueno, Albert Rivera se curra la fe de los que se dicen liberales, desconfían de los socialistas y están hartos del PP.

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