Una floja campaña electoral

ANTONIO BIGATÀ

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Lamento tener que decir que encuentro floja, antigua y contradictoria la campaña electoral del Barça. Reconozco que no era fácil que los candidatos la planteasen bien. Con el Barça en uno de los momentos deportivos más dulces de su historia tras el triplete y después de conseguir algo todavía más difícil que ser el mejor equipo del fútbol mundial, que es volver a serlo en una segunda racha a solo tres años de la primera después de recomponer/modernizar el sistema de juego, el listón estaba muy alto para los adversarios de Bartomeu. Pero también era difícil para el presidente saliente conseguir no generar una imagen antipática de prepotencia, aunque la verdad es que hasta ahora está saliendo bastante airoso de ese riesgo.

Pero, insisto, campaña decepcionante. Presidida por una incesante -y peligrosa- aparición de supuestos golpes de efecto desde las chisteras con nombres y mas nombres fichables. Pero con esta táctica los candidatos ofenden al sentido común de los electores, que saben que lo que no conviene al actual Barça es desestabilizar al fantástico equipo que ya tiene. Además, Luis Enrique y la dirección deportiva del club fueron responsables antes de irse de vacaciones y dejaron atadas las necesidades de contrataciones para la próxima temporada, avalados por su propio éxito.

Con todo, hay que decir que Pogba Turan son sin duda grandes jugadores pese a que no puedan incorporarse ahora por el castigo que sufre el Barça. Pero es más importante asentar el decisivo crecimiento de Rakitic, o la continuidad del rendimiento de Busquets, o el aprovechamiento de los dos o tres buenos años que le quedan a Iniesta, que darle vueltas a rumores sobre jugadores que amenacen su titularidad sin saber si encajarán en el puzle del centro del campo que debe nutrir de balones a Messi, Neymar y Suárez.

Es evidente que cualquier refuerzo de calidad es una ventaja, pero los buenos directivos deben pensar más en complementar que en crear situaciones desorientadoras. El rosario de nombres y ocurrencias, es antiguo, en muchos casos suena a trola y encima, por la publicidad que incorporan, le encarece al Barça el mercado.

Los fichajes amigos

Pero hay otra avalancha de nombres peor: la de fichajes de supuestos cargos de confianza de algunos candidatos. En realidad, con muy pocas excepciones son más bien amigos, algunos de ellos famosos pero poco contrastados, a los que esos candidatos invitan a participar del pastel de sueldos, cuando debería primar una sana austeridad y el control del gasto para no volver a las andadas.

Frente a eso, no es muy lúcido (y sí bastante simplista) el debate que nos trasladan los aspirantes sobre los derechos económicos derivados de la TV, las alternativas a la publicidad rentable pero poco deseable de Qatar (que no sea, por ejemplo, convertirse en patrocinadores de esas apuestas deportivas que tanto amenazan con interferir la deportividad en las competiciones), la manera interna de dirigir la cantera, o determinados aspectos del proyecto del rehacer el Camp Nou.

Y tampoco abundan las referencias a métodos para consagrar buenas prácticas de marcaje colectivo y democrático a la administración del dinero de la entidad o a crear la imposibilidad de que se produzcan episodios tan lamentables como los viejos espionajes. Del mismo modo, no están siendo ni serias ni nobles las alusiones a la ofensiva judicial desplegada contra el club.

El candidato Laporta, por ejemplo, critica a la directiva actual por las denuncias al club, pero en el foro siguiente dice que es el Gobierno español quien las crea artificialmente para atacar la catalanidad del Barça. ¿En qué quedamos?.

No, no estamos teniendo una campaña electoral de altura.