Una campaña en multipantalla

¿No han hecho la prueba de buscar su nombre en Google a ver qué sale? Y como esta sencilla búsqueda hay muchas probaturas que ayudan a pasar el rato en la red. Por ejemplo, buscar de una foto "imágenes similares". Curiosidades que no llevan a ninguna parte, o sí, pero que en todo caso dicen cosas para quien quiera verlas. Y el otro día un buen amigo periodista muy aficionado a todo lo que tenga que ver con la política me sorprendió cuando me dijo que había hecho este ejercicio de comparativa entre los carteles de algunas de las principales candidaturas y sus "imágenes similares" en Google.

El cartel de Mariano Rajoy, en "imágenes similares", sale anivelado con imágenes de vendedores de seguros. Ya era eso. La campaña de Rajoy ha querido proyectar la imagen del estadista que sin muchas florituras va por faena y resuelve problemas de fondo con la seriedad que corresponde. Como en aquel eslogan de la convención del PP del 2011: "Puedes confiar". Ahora han utilizado un "España en serio", donde anexan el nombre del Estado al partido y donde vienen a decir que los otros solo les ganan en frivolidad.Y a Rajoy, que le han diseñado una campaña de máxima seguridad solo rota por el cara a cara con Pedro Sánchez y el paseo por Pontevedra, con agresión incorporada.

Pero mientras que en el plató perdió los nervios y los papeles cuando el aspirante socialista le reprochó el 'caso Bárcenas' y Rajoy comenzó a insultar, en la reacción al desgraciado hecho del puñetazo al líder popular, sus estrategas de campaña, encabezados por su jefe de gabinete en Moncloa, Jorge Moragas, fueron rápidos e ingeniosos, primero con un vídeo y luego con una foto en Instagram. Primero con unos segundos de vídeo haciendo ejercicio (recompuesto) en el gimnasio y luego con un montaje en el que las gafas de Rajoy (que saltaron con el puñetazo) se decía que habían sido encontradas en el espacio sideral (¿dónde la Catalunya independiente según Margallo?). El sentido del humor siempre es símbolo de inteligencia y también marca de la casa de quien se lo puede permitir en campaña porque se siente cómodo.

Revistas de moda

Cuando coges el cartel de Pedro Sánchez y buscas "imágenes similares" en Google, te salen portadas de revistas de moda. También era esa la idea. Hacer lucir al candidato y a su mítica camisa blanca, símbolo de su carrera en primarias para proclamarse líder de los socialistas. Pero en el PSOE el gran problema comunicativo -en campaña y antes- ha sido un excesivo ir a remolque de los demás, buscando desesperadamente (demasiado) el cuerpo a cuerpo con el PP, y mirando en todo momento de parecer tan joven y nuevo como Podemos y Ciudadanos. Se ha demostrado misión imposible, ya que el prejuicio sobre los socialistas, a pesar de la juventud y la novedad de su cabeza de cartel, son muy grandes. Han querido tirar de una campaña muy centrada en el candidato para tratar de compensar el peso en negativo de unas siglas con solera pero ahora en horas bajas. Esto se ha demostrado insuficiente porque Sánchez es voluntarioso pero, como líder, sobre todo en cuanto a fondo, aun se percibe como flojo.

Cuando buscas paralelismos al cartel de Albert Rivera, básicamente sale él en la búsqueda. Como la campaña misma de Ciudadanos, centrada casi monográficamente en él. De ahí quizás el estancamiento que ha sufrido la perspectiva de voto del partido naranja en campaña, por sobredosis de su candidato por tierra, mar y aire en los medios. Esto, alguna patinada como la polémica generada a propósito de la violencia machista, o sus declaraciones contundentes pero poco creíbles sobre la política de pactos postelectorales han podido frenar el ascenso de una formación política que en todo caso aspira a hacer un digno resultado, a pesar de que eso sea lejos de la primera plaza y con una opción plausible de no ser decisivos en solitario si ellos se estancan mucho y el PP cae más de lo esperado.

Y si hacemos el experimento con En Comú Podem, la candidatura en Catalunya de Pablo Iglesias y Ada Colau (y se ve que también de Iniciativa), las imágenes relacionadas son de carteles de películas de miedo. Como haciendo el trabajo a los adversarios, que han vaticinado un montón de desgracias si ganan los de Iglesias, como parece que pasará al menos en Catalunya. Ellos, en cambio, han hecho una campaña donde el protagonismo en positivo de su líder ha vuelto a lucir con fuerza (y no solo en la televisión) después de una temporada de discreción y de cierta bajada del grado de exposición, autorecetado todo ello. Y por las expectativas de voto (que en algún caso los aproxima a la segunda posición a nivel estatal), parece que habrían acertado con reservar fuerzas para el empuje final.

Mi amigo no hizo búsqueda de los otros partidos, desdibujados como han quedado estos 15 días. Veremos si también en las urnas o si, por el contrario, su campaña menos mediática tendrá premio por parte de un público demasiado acosado en multipantalla.