Tierra de nadie

Jorge Moraleses poeta y es chileno y es el responsable de una revista que se llamaEl llop ferotgey de muchas iniciativas que podríamos llamar culturales salvo que el adjetivo, en este caso, es un poco reduccionista. Es un personaje singular que vive en Girona y organiza saraos de todo tipo, lecturas poéticas, intervenciones callejeras y actos de los que no buscan el espacio de la vanagloria, sino que laten con la fuerza inaudita, a la vez ingenua y sabia, de la literatura entendida como compromiso. Este sábado, en compañía de otros colegas, organizó la fiesta de inauguración de la placa de una calle, un acontecimiento que no sería ninguna heroicidad si no fuera porqueMoralesllevaba años batallando para que Girona tuviera una calle en homenaje aRoberto Bolaño. Y si no fuera porque, en los tiempos que corren, dedicar tus esfuerzos a hacer que una calle (aun inhóspita y casi sin viviendas, una tierra de nadie en un barrio periférico) se conozca con el nombre de un escritor, irreductible y poderoso, es una labor heroica, es decir, desinteresada y noble.

Me han dicho que había poca gente, la justa y necesaria, familiares, amigos y lectores, como una poetisa llamadaPatti Smith. Todos escucharon uno de sus últimos textos de esa voz enigmática y magnífica que fue capaz de crear el mundo desde un barrio periférico, tierra de nadie. «¡Escribe!», decíaBolaño. Escribe desde los límites, hasta el límite.