Al contrataque

Se cierra el círculo

ERNEST FOLCH

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Agazapadas bajo el ruido de la coronación, pasan las noticias de puntillas para que nadie les preste atención. Eso debía de pretenderse cuando hace días el Consejo de Ministros indultó al guardia civil que había sido condenado por grabar una agresión sexual «sin dejar de reírse». Gracias a eldiario.es hemos sabido que el indultado era hijo de un concejal del PP en Lena, la misma semana en la que habíamos descubierto, en esta cadena fascinante donde todo está conectado, que otro hijo, pero del mismo ministro promotor del indulto, se daba a la fuga tras un accidente de coche y en estado ebrio, hecho que al mismo tiempo enlazaba peligrosamente con la fuga del también ebrio exmiembro del Tribunal Constitucional, también en moto y propuesto por el PP, y con la fugada expresidenta de la Comunidad, asimismo en un incidente sobre ruedas.

Parece ser que la nueva especialidad de la casa, después de los sobres en b, son las fugas de tráfico, preferentemente en estado ebrio, quizá en homenaje a la histórica sentencia de Aznar que decía que nadie debía decirnos cuántas copas de vino hemos de tomar. Si en España sucede esto en las carreteras, qué no va a suceder en un Consejo de Ministros, que se reúne muy calculadamente los viernes para que los debates se los lleve la brisa del fin de semana.

Por suerte, la porquería no siempre escampa y esta vez el periodismo ha tenido tiempo de atrapar al vuelo, antes de que se escapase como un conductor fugado, la escalofriante noticia del guardia indultado. Y es que regularmente se condonan las penas de unos cuantos escogidos sin que ni siquiera haga falta justificarlo, que por algo la ley del indulto cumplió ayer 144 años. El ministro que a la manera feudal propone los indultos lo hace a veces preso de fervor religioso, como aquel paquete de 21 amnistiados por la gracia de Dios que se ejecutó esta Semana Santa, y otras veces simplemente para devolver un favor, como es el caso. En medio de este clima de compasión colectiva, es hasta natural esta repentina ansiedad por aforar al exrey, el cabo que no quedó atado en aquellas prisas cada vez más explicables y menos explicadas por hacerle abdicar: habrá que correr antes de que el New York Times siga profundizando en esos 2.300 millones de patrimonio de su ya exmajestad que han dado la vuelta al mundo sin pasar por la prensa española.

Broma del destino

Pero no sufran, porque el círculo siempre se cierra: la broma que nos depara el destino es que será su hijo y hoy nuevo rey Felipe VI quien se estrenará firmando el real decreto que absuelve al mencionado guardia civil. Hay que ver las sorpresas que uno se lleva cuando tira del hilo: de un simple accidente de moto se pude llegar hasta la Corona, pasando por un indulto. Y luego dirán que la política no es divertida.