INTANGIBLES

Al ritmo de las redes sociales

CARMINA CRUSAFON

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Un día sí y otro también recibimos noticias sobre las redes sociales. La última: Twitter ha decidido cerrar su aplicación de vídeo Vine, porque no ha podido competir con Snapchat. Este hecho puede parecer irrelevante para algunos. Pero es indicativo de la presencia creciente de estas empresas en nuestra vida cotidiana. Sus propuestas acaban imponiendo nuevas tendencias. Ahora mismo destacan dos: la emisión en directo, con Facebook live a la cabeza y otras muchas aplicaciones con similar capacidad, para simular que vivimos en un reality en directo; o la posibilidad de crear imágenes en 360º en foto y video con el objetivo de ampliar nuestro punto de vista.

Estas nuevas propuestas de las redes sociales tienen impacto en nuestras rutinas diarias. Detallemos los efectos. Primero, en la gestión de nuestro tiempo personal. Conocer el valor que una sociedad le otorga al tiempo y al espacio es fundamental para comprender sus dinámicas internas. Ambos marcan el ritmo de una sociedad en cualquier etapa histórica. Hoy el tiempo es el valor más preciado. La oferta tecnológica y mediática incrementa exponencialmente, pero nuestro día sigue teniendo 24 horas. La clave está en cómo sabemos administrarlo de forma más eficiente para mejorar nuestra calidad de vida. En esta competición, conseguir la atención del usuario es el objetivo que cualquier empresa tecnológica y/o medio de comunicación. Algunos académicos hablan de la economía de la atención. Empresas como Facebook o Twitter están analizando todos nuestros datos en las redes para ampliar su oferta de servicios y como consecuencia, conseguir incrementar nuestra dedicación a las actividades sociales en la red.

Segundo, emergen los valores intangibles de esta nueva economía del tiempo: la inmediatez, la personalización, la autenticidad, y la accesibilidad. Ya no es tan importante generar información, sino captar la atención del usuario. Algunas compañías como Facebook hablan de que las redes sociales han democratizado el acceso a las herramientas de comunicación. Ahora comunicar ya no está en manos de unos pocos sino de cualquiera que tenga un dispositivo conectado a la red. Gustar y compartir son dos verbos muy conjugados en las redes sociales. Además, estas compañías sociales se han convertido en los nuevos gatekeepers del ecosistema digital. Son los encargados de la distribución. Van tomando mayor protagonismo, mientras los medios de comunicación defienden su primacía y la de sus contenidos. De ahí que también empresas como Facebook, Snapchat o Twitter busquen alianzas con ellos y les ofrezcan todo tipo de productos o servicios (como Instant Articles, Moments o Discover).   

Tercero, las actualizaciones y mejoras que nos van ofreciendo las redes sociales y otras aplicaciones tecnológicas nos obligan al continuo aprendizaje. No nos podemos acomodar si queremos estar al día. Nuestros hábitos van cambiando de forma más rápida. Esto resulta en que ya no tenemos patrones clásicos ni estables, sino modelos complejos y cambiantes.

Al igual que en determinadas épocas se bailaba a ritmo de samba o de rock&roll, hoy el ritmo lo marcan la tecnología y la melodía la imponen las redes sociales. ¡No nos perdamos en el baile!