Geometría variable

Rajoy gana pero precisa un pacto difícil

JOAN TAPIA

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El resultado electoral no resuelve la crisis política porque formar el nuevo Gobierno no será nada fácil. En especial si Rajoy insiste -ha salido en parte reforzado- en presidirlo y si el PSOE sigue negándose no ya a una gran coalición sino incluso a acuerdos parciales que permitieran una investidura.

Pero hay datos relevantes que indican que los españoles -quizá no solo por el 'brexit'- han apostado más que el pasado diciembre por la estabilidad. El PP sube 14 diputados, básicamente a costa de C's. En un panorama económico y europeo inestable, el miedo a Podemos ha hecho que una parte de los electores de C's se hayan inclinado por el mal menor y hayan cambiado de papeleta. Se repite, pues, la dificultad para crear en España un partido liberal de centro que haga de bisagra entre conservadores y socialistas.

El liderazgo de Rajoy sobre el PP sale fortalecido pero queda todavía lejos de los 176 diputados de la mayoría absoluta y vuelve a no sumar con C's, que tiene un futuro más complicado. Pero el conjunto de la derecha llega a169 diputados, seis más que el pasado 20-D, mientras que el total de la izquierda se queda en 156, cinco menos que en diciembre.

LA PREPOTENCIA DE IGLESIAS

El PSOE ha ganado una gran batalla porque ha subido su porcentaje de voto, sigue siendo la primera fuerza de la izquierda y ha evitado el 'sorpasso', tanto en escaños como en votos. La prepotencia de Iglesias ha mordido el polvo y se demuestra que hacer repetir las elecciones fue un grave error de la izquierda porque ahora el PP es más fuerte y un Gobierno de izquierdas es hoy menos probable. No solo porque la suma de escaños es menor sino porque ha aumentado la desconfianza respecto al aventurismo de los líderes de Podemos.

Pero el PSOE no pueda estar satisfecho. Ha perdido cinco diputados y su distancia con el PP ha aumentado. Sigue siendo clave y va a decidir quién gobierna, pero eso es una ventaja (no hay Gobierno sin la aprobación del PSOE) y también una grave responsabilidad. La gran coalición es muy difícil porque las relaciones entre los dos partidos han sido siempre detestables, y más en los últimos tiempos. El PSOE debe asumir que la izquierda no solo no suma sino que las propuestas económicas y autodeterministas de Podemos son poco viables y responden en parte a la tentación del populismo.

LA GRAN RESPONSABILIDAD DEL PSOE

El PSOE va a tener una gran responsabilidad y va a tener que poner la realidad pura y dura, no sobre las ideas de la socialdemocracia europea, pero sí respecto a algunas ensoñaciones izquierdistas elementales. Y para este futuro, la inteligencia y la unidad del partido son imprescindibles. La actitud de algunos barones en los últimos meses y su incomunicación con Pedro Sánchez explican en gran parte que la actitud del líder socialista tras las elecciones del 20-D y el pacto realista con C's no se haya traducido en un aumento significativo de su influencia.

Pero el dato principal de hoy es que el PP no solo ha superado el 30%, que tenía como objetivo (el 20-D se quedó en un 28,7%), sino que roza el 33%. Rajoy sale indudablemente fortalecido ante su partido y ante la sociedad española pero eso no es suficiente. En una democracia parlamentaria con cuatro partidos ya no gobierna el que llega primero, sino quien es capaz de articular una mayoría parlamentaria. Y ello implica pactar, un verbo que a Rajoy no le ha gustado hasta ahora conjugar.

El otro dato es que los dos grandes partidos (PP y PSOE) eran pese a sus defectos más sólidos de lo que decían los medios de comunicación y el aparato de Podemos. Que la coalición Unidos Podemos se haya quedado igual que el 20-D indica que no se pueden confundir las ilusiones con la realidad. La política exige más que sentimientos y un líder no debe creerse el eje del mundo.