tú y yo somos tres

Un perrito suelto por el aeropuerto

AEROPORT

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Ferran Monegal

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Ya demostró Tom Hanks en la película 'La terminal' que un aeropuerto es un mundo muy particular. Es como una burbuja aparte, con sus dinámicas y sus leyes propias. Es un lugar atractivo para una 'docuserie'. La tele internacional ha explotado este tema con numerosas producciones de éxito. Ahora ha llegado a TV-3 ('Aeroport'), sobre el aeropuerto de Barcelona, producción de Media 3.14 del grupo Mediapro. Retrata instantes encadenados de la vida de ese mundo lleno de aviones y pasajeros. Es un paisaje muy entretenido. Dibujado de forma ágil e ingeniosa, y con toques de humorismo picantón, esta 'docuserie' entra y te atrapa como un agradable y divertido refresco. Es fundamental el trabajo del narrador. En este caso, a cargo de <strong>Queco Novell.</strong> Los guionistas le han trabajado unos textos, una especie de morcillas sobre la marcha, que fluidifican y ponen acentos irónicos a todas las secuencias. Esas pinceladas nos divierten enormemente. Es una labor equidistante entre los monólogos de Miquel Calçada, en 'Afers exteriors', y los acentos socarrones de Òscar Dalmau, en 'Caçadors de bolets'.

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La cámara nos enseña la peripecia de los pasajeros y las emociones de las despedidas o de los reencuentros. Los ancianos, y los niños, son elementos perfectos. Atención muy especial a las mascotas, que viajan en sus cajitas en las bodegas. Son ingredientes que enternecen. ¡Ah! Esta semana el capataz de rampa de la compañía Norwegian decía con notable excitación: "Se ha escapado un perro. Ha abierto la puerta con la cabeza. Esto es un peligro. Si va por la pista y pasa un avión, le puede absorber un motor, y eso es peligroso para los pasajeros y para el avión". Y La voz de Queco puntualizaba: "¡Y para el perro!". Al final, final feliz, como era de prever. No busquen conflictos en esta producción. Todo es en positivo. Todo funciona bien. Si hay algún problema es culpa del pasajero. En este dibujo no hay huelgas. La única que han enseñado, suavemente, es una de taxistas. Pero ese no es personal de aeropuerto.

Se trata pues de una especie de 'branded content', muy bien hecho, diseñado para resaltar que esa burbuja aeroportuaria siempre funciona perfectamente. Se transmite a la audiencia que el aeropuerto es un mundo casi perfecto. Lo que está pasando estos días en El Prat, lleno de interminables colas en los controles de seguridad, ese tipo de conflictos, por ejemplo, no se mencionan. Son incómodos.