La clave

Pendientes del 'pequeño Nicolás'

JUANCHO DUMALL

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Se equivocan quienes manifiestan con hastío que el debate sobre el soberanismo catalán acapara las tertulias y los informativos. Nada de eso. La pasada semana terminó con tres bombazos informativos que nos devuelven al país de charanga y pandereta. El jueves fallecía Cayetana de Alba y la ciudad de Sevilla, lejos del lamento de los jornaleros, lloraba por la aristócrata de la fortuna incalculable. Al día siguiente, viernes, ingresaba en prisión la tonadillera Isabel Pantoja por haber blanqueado dinero del saqueo de Marbella, para muchos un pecadillo venial si se tiene en cuenta que lo hizo por amor. Y el sábado, el diario El Mundo publicaba la primera de las dos entregas de una entrevista con el pequeño Nicolás, quien pese a su juventud, puede presumir ya de ser el Nicolásfarsante 

Lo de este Francisco Nicolás Gómez Iglesias promete emociones fuertes, pues el muchacho ha construido un relato (en el más puro estilo del impostor Enric Marco, novelado ahora por Javier Cercas, dicho sea de paso) según el cual había recibido encargos de altas personalidades del Estado para temas tan sencillos como arreglar el problema de Catalunya, despejar el horizonte judicial de la hermana del Rey, hacer negocios con Guinea Ecuatorial para favorecer a las grandes empresas españolas o reunirse con Sheldon Adelson para tratar del proyecto Eurovegas. Todo un niño prodigio al que en vez de darle por el violín le ha dado por la alta política.

Acusado de estafa, falsedad de documentos y usurpación de identidad, Francisco Nicolás Gómez deberá aclarar el origen de sus fantasías y tal vez entonces nos enteremos de quiénes dieron carrete al personaje.

El esperpento

Pero de momento, no deja de sorprender que este cantamañanas reciba de los medios un tratamiento tan poco distanciado de sus delirios y contradicciones. En el país que inventó el esperpento, tenía que emerger una figura como la del pequeño Nicolás, amigo de Rajoy ¡desde los 14 años!