París bien vale una misa

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Cuentan que la frase «París bien vale una misa» se le atribuye a Enrique de Borbón, el pretendiente protestante al reino de Francia, que eligió convertirse al catolicismo para poder reinar. Desde entonces viene utilizándose con el sentido de la conveniencia de establecer prioridades: es útil renunciar a algo, aunque sea muy valioso, para obtener lo que realmente se desea.

Mis vecinos de mesa de ayer en Il Giardinetto parecen citarse cada martes. Gente adinerada, uno de Barcelona, otro de Sant Cugat, un tercero de Olot, otro de Llavaneres y un quinto de S'Horta (Mallorca) son culés de toda la vida. La cita esta vez era para renunciar a unos cuantos cientos de euros y obtener lo que realmente deseaban: viajar a París y ver ganar al Barça. Da la sensación de que, al menos, la burguesía catalana, los votantes, todos, de Lluis Bassat, admiradores de Leo Messi y devotos de Pep Guardiola, vuelven a creer en este

Barça eficaz, aunque menos tiki-taka. Y se van a París. O eso viene gritando el poseedor del sobre de las entradas «que nos han salido por ¡290 euros! cada una». Es decir, «un pastón».

Eso sí, nada comparable al avión. Y menos a la reserva del mediodía en La Tour d'Argent. Ya ni les cuento las habitaciones en el cuatro estrellas pegadito a los Campos Elíseos. O, ¡vaya que sí!, el resopón en Maxim's. Si es que o vas a París o no vas. Y ellos van. Y van (y eso también lo oí) con la convicción de que si solo se presentan Josep Maria BartomeuAgustí Benedito y Joan Laporta «no tendremos más remedio que votar a Laporta, aunque nos taparemos la nariz». Alguien clamó «¡se presentará alguien que valga la pena!». No dijo «uno de los nuestros», no lo dijo, porque parece que no.

Tan convencidos estaban de eso como de que hoy gana el Barça. O de que lo del juez Ruz está muy, muy, muy politizado. «Tanto como las cientos de inspecciones de Hacienda que están cayendo en Catalunya: ¡el triple que en el resto de España!» Es más, uno de ellos contó que el inspector que le levantó acta y sanción le dijo: «usted firme en disconformidad y apele, que lo tiene ganado».

A veces, por cierto, salvaban, sí, sí, a Pujol, nunca a Pujol Ferrusola. Y también ellos, sí, todos, decían que el Atlético y el Madrid empatarían a cero «porque es el resultado que quiere el Cholo». Por cierto, Carletto, listo, ya no te sirven dos empates para pasar. Es la séptima vez que no ganas al Atlético y tu cuarto partido en el Calderón en que no marcas.