Operación salvar la gamba

Vestida de gamba. Así ha aparecido Cristina Pedroche en El intermedio (La Sexta). Ha sido una operación salvamento. Las audiencias de Tu sí que sí -el programa que los miércoles emiten después- siguen siendo bajísimas. Y han decidido incrustar a la criatura en el programa de Wyoming con la esperanza de que los espectadores nos quedemos en esta cadena toda la noche.

Para incentivar tan gloriosa aparición, a la señora Pedroche la han cambiado de vestido tres veces. Es lo suyo, estamos de acuerdo. Primero salió de negro. «¡Demasiado opaca!», se quejaba Wyoming. Luego con chándal y diciendo: «¡Este es el traje regional de Vallecas!». Y en Vallecas, naturalmente, ya se ha producido un gran cabreo. Finalmente salió vestida de gamba, y le decía a un decepcionado Wyoming, que lo que de verdad esperaba es que saliera con más transparencias: «¡Chúpame la cabeza, que te va a gustar, tonto!».

En eso tiene razón. La cabeza de la gamba roja es muy sabrosa: es el lugar en donde lleva almacenados los huevos. El sabor de este crustáceo es prodigioso, pero esta vez no ha producido ningún prodigio de audiencia: El intermedio tuvo un millón y medio de espectadores, pero en cuanto comenzó Tú sí que sí, se quedaron solo la mitad a verlo. O sea, inútil operación salvamento.

Esta fallida estrategia de la señora Pedroche demuestra que el interés de la audiencia no es por ver lo que se pone, sino por lo que no se pone. Es a lo que nos tiene acostumbrados. Hacer posturas en la tele es un tipo de ejercicio que se basa en el arte de lo consecuente. Por ejemplo, como que Rajoy ha dicho que va a precintar los colegios electorales catalanes, Empar Moliner ha salido en Els matins (TV-3), se ha envuelto en una cinta y se ha precintado toda ella. Es un posturismo consecuente, y muy artístico, el de la señora Moliner. No defrauda nunca a su parroquia.

CULOMANCIA 

Esta semana, Bertín Osborne (Mi casa es la tuya, Tele 5) ha ido al piso de Rappel. Este popular vidente dijo que le echó las cartas a Franco, y a La Pasionaria también. Es un adivino sin fronteras. Contó que es capaz de ver el porvenir de una mujer mirándole el aura que circunda los pezones de sus tetas. Ese tema interesó a Bertín enormemente. Pidió detalles. Y aportó como cosecha propia: «La madre de Stallone me dijo que veía el futuro mirando el culo de una persona. Se llama culomancia». Quedó pasmado Rappel. ¡Ah! Negros futuros debe haber visto la mamá de Sylvester.