Pequeño observatorio

Nuestra celebración de un santo

En los escolapios de Diputació nunca nos explicaron quién fue Santo Tomás de Aquino

Desigualdad en las aulas

Desigualdad en las aulas / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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He recibido una carta de Joan Lluís haciéndome saber que el día 15 de este mes nos encontraremos para comer. ¿Quiénes? Quienes hicimos el bachillerato con los mismos compañeros a lo largo de siete años, si no me equivoco.

Fuimos unos 60 chicos, que compartíamos la misma aula pero teníamos una notable diversidad de nivel cultural y social. Ahora pienso que fue una lección diaria de convivencia y de respeto mutuo.

Si no me equivoco, los escolapios de Sarrià tenían más buena fama pedagógica y de nivel familiar. Nosotros, los de la calle de la Diputació, aprendimos, al menos, a respetar las diferencias. Cada día estaban presentes, pero convivíamos educativamente.

El día 7 de marzo de cada año celebrábamos una fiesta y no íbamos a la escuela. Era la conmemoración de Santo Tomás de Aquino, patrón de los estudiantes. Curiosamente, la fiesta coincidía con mi cumpleaños, porque yo nací el 7 de marzo de 1927. Podría fardar, pues, de que si todos mis compañeros hacían fiesta ese día era porque había que celebrar que yo cumplía años.

La verdad es que, si no me falla la memoria, nadie nos explicó quién era aquel santo ni qué había hecho. Tampoco nosotros nos interesamos por aquel santo. ¡Bienvenidas todas las ocasiones de fiesta!

Es ahora cuando he querido saber algo del santo que nos ahorraba las clases.

Nacido en un castillo cerca de Aquino, en el Lacio, ¡en 1225! Discípulo de Alberto Magno de París y Colonia ¡en 1245! Fue canonizado. Autor de muchas obras filosóficas y teológicas. Muy importante en el ámbito de enseñanza en París. El sacerdote que nos daba algunas clases en el colegio de la calle de la Diputació nunca nos lo quiso explicar.