La Moncloa y el marqués de Carpio

Se supone que alguien ocupará próximamente el palacio de la Moncloa. ¿O acaso no lo ocupará nadie? No quiero decir que las elecciones acaben como algunos partidos de fútbol, 0-0, y el palacio madrileño se quede sin ser habitado. Se trata de si el nuevo presidente, que parece ser que seráMariano Rajoy,se decidirá a instalarse. Lo digo porque esto de las elecciones a veces da sorpresas, como lo comprobó -pero no lo entendió- el socialistaJoan Reventóscuando en las primeras elecciones democráticas de Catalunya después del franquismo el ganador fueJordi Pujol. Màrius Carolrecuerda en un artículo que, desde 1977, los cinco presidentes españoles elegidos se han trasladado a la Moncloa. Precisamente fuePujol, al ser nombradopresident, quien tuvo el gesto rupturista de no instalarse en el Palau de la Generalitat y continuar viviendo en su casa, en la ronda del General Mitre de Barcelona.

Carolinsinúa que, si ganara las elecciones, no es seguro queRajoyfuera a vivir a la Moncloa. Podría seguir en su dúplex de Aravaca (Madrid), con la familia. No he estado nunca en aquel palacio, pero parece ser que es bastante inhóspito. El periodista dice queRajoyharía bien en no cambiar de hábitat: «Elsíndrome de la Moncloademuestra que se empieza perdiendo el contacto con la calle y se acaba extraviando el sentido de la realidad».

El palacio de la Moncloa fue construido en el siglo XVII para que allí viviera un señor llamado -¡tomen aire!- Gaspar Méndez de Haro-Guzmán y Aragón-Cardona-Córdoba. El hombre era bisnieto del conde duque deOlivares,partidario del absolutismo real. Consiguió que el rey de España sujetase a los catalanes sublevados, mientras que Portugal se independizaba de la monarquía hispánica. Recordarlo es oportuno, ahora que Gregorio Peces-Barbaha dicho que habría sido preferible que la monarquía hubiera renunciado a Catalunya y se hubiera quedado con Portugal. Quizá sí, pues, la Moncloa no tenga un historial inspirador de aciertos. Me gustaría saber cuál es el significado o la etimología de la palabramoncloa. A lo mejor eso explicaría buena parte de la historia política de España.

Último dato para considerar:Gaspar Méndez de Haro-Guzmán tenía el título de marqués de Carpio. ¿Y sicarpiotuviera relación concarpir? Estaría muy bien, pensando en las ideas que han salido del palacio. Porquecarpir, amigos lectores, significa en castellanodejar pasmado; es decir,atónito, estupefacto.