Mas y la financiación de CDC

La comparecencia de Artur Mas en el Parlament para explicar la supuesta financiación ilegal de la antigua CDC sirvió para que el 'expresident' reafirmara su línea argumental después de que Fèlix Millet y Jordi Montull desvelaran ante el juez un entramado de pago de comisiones a Convergència a cambio de la adjudicación de obra pública. Mas no dejó más resquicio para la autocrítica que una frase – «No he dicho que todo sea falso; no he dicho que la financiación de CDC sea impoluta»– y reiteró su discurso ya conocido: que la justicia no podrá demostrar el pago de comisiones del 3% y el 4% a CDC, que Millet y Montull no le merecen más credibilidad que su extesorero Daniel Osàcar y que, en cualquier caso, él no se encargaba de la parte financiera del partido. 

Ante los diputados, Mas se mostró beligerante con la idea de que la fiscalía pretende construir un caso sobre la financiación ilegal de CDC «cueste lo que cueste, pese a quien pese». No parece incómodo Mas en el papel de perseguido a causa de su conversión al independentismo, y con este parapeto desvía las exigencias de que asuma las responsabilidades políticas de los casos de corrupción que implican a CDC y lastran los primeros pasos de su sucesor, el PDECat. Por eso el momento más duro de la comparecencia fue el duelo verbal con el diputado de la CUP, Bernat SalellasBernat Salellas. Porque en este asunto del 3%,conviene no olvidar la frase que dijo Salellas: «Ni a la CUP ni a la ERC se las persigue por financiación irregular».